En Costa Rica hay 118 mil escolares que están gordos, a pesar de los esfuerzos que realizan el Ministerio de Salud, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Instituto Costarricense del Deporte y los Cen-Cinai.
Así lo reveló el Primer Censo Escolar Peso/Talla que se realizó en 4.200 escuelas públicas, semipúblicas y privadas realizado por la cartera de Salud.
De acuerdo con el doctor Daniel Salas, de Vigilancia de la Salud, el censo tuvo una cobertura del 90,9% de la población matriculada en 2016 y tiene una confiabilidad del 95%. Se realizó con el fin de saber cuáles son las acciones para fortalecer la nutrición de los pequeños.
La medición reveló que hay un 34% de los menores entre los 6-12 años que está en sobrepeso y obesidad. Es decir, hay 118.078 escolares que no tienen el peso adecuado a su edad, lo cual podría representarles problemas.
Los datos indican que el 64% tiene su peso normal, seguido de un 20% con sobrepeso, el 14% presenta obesidad y un 2% padece desnutrición.
Heredia es la provincia que presenta un alto índice de sobrepeso con un 35,7%, seguido de San José con un 35,6% y Cartago con un 35,1%.
ACUMULACIÓN NORMAL DE GRASA
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial.
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple que relaciona el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar estos males.
Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
Según los expertos la causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.
Se origina en el aumento del consumo de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa y en una disminución en la actividad física; mucho se debe al tipo de trabajo cada vez más sedentario, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización.
Los representantes de la OMS confirman que a menudo los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física son consecuencia de cuestiones ambientales y sociales asociadas al desarrollo y a la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud, la agricultura, el transporte, la planificación urbana, el medio ambiente, el procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y la educación.