Hace 29 años, la Fundación Costa Rica-Canadá nació tras un fondo de cooperación de $10 millones otorgados por el gobierno norteamericano y se convirtió el capital semilla que ha brindado viviendas a miles de ticos a lo largo y ancho del país.

Entre créditos individuales, grupales y bonos de vivienda otorgados por el Estado, la fundación ha construido 49 mil casas y ha manejado alrededor de ¢100 mil millones.

Juan José Umaña y Mauricio Alvarado, gerentes general y de operaciones, respectivamente, de la entidad fueron entrevistados por Iary Gómez y Paola Hernández, gerente general del Grupo Extra y directora de DIARIO EXTRA, sobre la evolución y planes de la fundación, pues los 30 años los conmemorará en 2018.

La Fundación Costa Rica-Canadá se convirtió en entidad autorizada del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda (SFNV) en 1988.

Las familias en extrema pobreza pueden acceder a la ayuda si reúnen los requisitos.

¿Para la fundación qué es un bono de vivienda?

-Alvarado: Por una deformación cultural o tradicional, en Costa Rica se ha pensado que bono significa casa, cuando en realidad es un subsidio, es una gran ayuda, que permite apuntalar que una familia tenga una. Puede que alcance o no para la totalidad de la casa, pero la casa cuesta tanto que la familia tiene que ver cómo construye y la situación financiera para construir la vivienda. El bono familiar para la vivienda viene a ser un aspecto fundamental, pero no necesariamente alcanza para la totalidad.

¿De qué depende?

-Alvarado: Depende del ingreso de la familia, de las posibilidades financieras, el valor total de la solución que es una casa que cueste, digamos, con casa y lote ¢16 millones y la familia tiene un lote de ¢6 millones, tienen que ver cómo consiguen lo demás, que puede ser con crédito, que puede ser con ahorro o con aporte, por lo que la construcción de la seguridad financiera es particular a cada núcleo familiar.

¿La Fundación Costa Rica-Canadá ha trabajado con el bono comunal para mejorar el entorno de precarios?

-Umaña: Desde que el gobierno lanzó este programa la fundación ha tomado más del 90% de los bonos comunales y los hemos administrado y ejecutado nosotros. Hemos tenido un campo interesante.

¿Qué hay de cierto que muchas entidades aprueban la entrega de bonos, pero cuando regresa la papelería al Banhvi se paraliza el proceso?

-Umaña: Las entidades autorizadas calificamos a las familias. Si nos llegan 100 familias, hacemos 100 expedientes, pero para formalizarlas debemos enviar los expedientes al Banhvi y este los revisa y chequea que la entidad autorizada cumplió. Una vez que el Banhvi lo aprueba nos autoriza a formalizar el caso. Puede ser que de los 100 casos el banco diga que dos casos no se aprueban por tal y tal razón o les falta documentos.

¿Pero no ocurre que se da un entrabamiento?

-Alvarado: Puede ser. Lo normal en el sistema es que siempre haya situaciones no previsibles al inicio que hace que la ejecución de proyectos en trámite sea más entrabada. Más allá de que si estamos entrabados o no hay un problema fundamental que tiene el sistema hoy y es la no claridad en cuanto a los roles y responsabilidades de cada actor del sistema tenemos.

¿Cómo es eso?

-Alvarado: Alrededor del Banhvi orbitamos no sé cuántas entidades autorizadas, por un lado, los grupos organizados ejercen un rol, los constructores otro, los desarrolladores otro. El Ministerio de Vivienda, que no es formalmente parte del sistema, es el rector político y además el Ministro de Vivienda es el presidente de la junta directiva del Banhvi y tiene una influencia importante, cada uno de los actores y otros que se me pueden quedar en el camino, tenemos una responsabilidad por ejecutar y un rol particular que nos corresponde.

Pero eso no genera una claridad. 

-Alvarado: Cuando no hay claridad o cuando no hay confianza en la ejecución de esa responsabilidad por parte del otro, allí es donde tenemos problemas. El Banhvi está haciendo lo que les corresponde a ellos y en alguna medida lo que nos corresponde a las entidades autorizadas, por un tema de confianza, esto hace que la ejecución o el trámite de los proyectos sea mucho más lento que lo que posiblemente debería.

Por otro lado, las ofertas de vivienda en Costa Rica son muy caras.

-Umaña: Somos un país muy caro para vivir y tenemos expectativas mucho más altas de lo que podemos ir a comprar, por tener esa condición de ser un país muy caro. Sin embargo, Costa Rica, en el contexto latinoamericano, es uno de los países que mejor han resuelto el déficit de vivienda. Tenemos un déficit controlado, que no crece, que es estable.

Alvarado: Eso significa que las soluciones de vivienda que anualmente generamos desde el Sistema Financiero permiten que la brecha del déficit cuantitativo se mantenga igual. Las posibilidades dentro del sistema y fuera del sistema permiten que el crecimiento poblacional sea atendido por las diferentes herramientas financieras.

¿La fundación ha desarrollado también bonos de segunda planta?

-Umaña: Se han hecho muy pocos bonos de segunda planta y nosotros pudimos desarrollar uno, prácticamente entero, que se llama Don Sergio, que está en Horquetas de Sarapiquí, el cual consta de 90 viviendas, donde 80 de ellas son de dos pisos, donde en el primer piso vive una parte de la familia y otro núcleo de la misma familia vive en el segundo piso.

¿Han incursionado en el desarrollo del bono comunal?

-Umaña: La organización ha sido protagonista en el desarrollo de bonos comunales. Lo que queremos es que los gobiernos de turno y ojalá el que venga que destinen más fondos, pues la cantidad de recursos que se dedican anualmente para el bono de vivienda son ¢80 mil millones, mientras que en 10 años del bono comunal se han dedicado ¢45 mil millones y el impacto del bono comunal es mucho mayor. Agarramos Los Guido, reconvertimos La Capri, así como Los Cuadros y Llanos de Santa Lucía.

¿Los gobiernos no le han dado la importancia a este tipo de bono?

-Umaña: Este gobierno quiso hacer unos cambios y más bien entrabó un poco el asunto con el bono comunal o quiso variar un poco la forma, pero tampoco le ha metido fondos. De los ¢45 mil millones que se han generado para bono comunal en 10 años, hemos administrado ¢35 mil millones.

¿Qué otras habilidades han desarrollado la fundación en 29 años?

-Umaña: Queremos aprovechar el expertiz que ha desarrollado la fundación a lo largo de los años en la parte de administración de fondos públicos y de construcción de infraestructura, para ofrecerles a las municipalidades un servicio como de unidad ejecutora. Las municipalidades tienen la tendencia de descentralizar lo que es obra pública, tienen acceso a más fondos, sin embargo, muchas de ellas no tienen el brazo administrativo o el brazo técnico para sacar las licitaciones y darles seguimiento porque están en su día a día, por lo que es un producto que queremos ofrecerles para que puedan ejecutar las obras confiando en una especie de unidad ejecutora que les administre esos fondos.

¿Cómo se llama ese programa?

-Umaña: Le pusimos Programa de Administración de Recursos Municipales (PARM). Esperamos que nos vaya bien en ese proyecto.

¿En este tema qué les ofrecen a las municipalidades?

-Umaña: Las municipalidades muchas veces tienen la plata. Por lo que nosotros les ofrecemos hacer el diseño, contratar la construcción, ver el desarrollo. Por toda la gestión del proyecto y nos ganamos (la fundación) una comisión.

¿La fundación ofrecería dar este servicio a todas las municipalidades del país o solo en la GAM?

-Umaña: Podemos ofrecerlo a nivel nacional. Estamos empezando cuando alguna municipalidad le interesa la figura, por lo que entramos en conversaciones iniciales. Es como una especie de gestor de proyecto.

¿Se ha concretado algún proyecto?

-Umaña: Ya se lo hemos ofrecido el programa a algunas municipalidades, pero no se ha concretado aún algún proyecto. Estamos muy cerca de hacer algo con Tibás, con Curridabat y otros.

¿Cómo ayudan a las pymes?

-Umaña: Hace como 10 años iniciamos un impulso a las pymes y que a partir de este año queremos darle un impulso más fuerte de manera que podamos brindarles una ayuda a las familias de hacer no solo la vivienda, sino alguna actividad productiva interesante.

¿Cuántos casos han desarrollado en 10 años?

-Umaña: Hemos financiado cerca de 900 casos en todo el país de pequeños empresarios. Hoy en día nuestra cartera es de 180 casos activos, pagándonos el préstamo.

¿Cuál es objetivo de diversificar los productos que ofrecen?

-Umaña: El objetivo es aumentar nuestro patrimonio, porque nosotros recibimos plata solo una vez, hace 30 años. Hoy día tenemos ese capital más que duplicado y tenemos casi 50 mil casas y de créditos pymes, pero queremos impactar aún más.

PERIODISTA: Krissia Morris Gray

CRÉDITOS: Foto: Isaac Villalta

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Miércoles 22 Marzo, 2017

HORA: 12:00 AM

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