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Opinión

El compromiso moral de los medios de comunicación

Osvaldo Corrales Jiménez*

En el ámbito de los medios de comunicación social, lamentablemente se da una serie de aspectos que ponen en duda la labor moral que han de cumplir. Y es que no es extraño hallar en algunos diarios nacionales publicidad o anuncios con títulos sospechosos como los siguientes: “¿Embarazo inesperado?, no te preocupes más…” o “Mujer o parejas liberales, fantasías, tríos, teléfono…”. Y si se trata de las secciones de espectáculos o farándula, resulta común encontrar fotografías y notas llenas de morbo, que incluso denigran a las personas.

Este tipo de cosas pasan dado que, en un mundo tan materialista y hedonista, todo se reduce a ideas como “el fin justifica los medios” o “la libertad de expresión”. Y es que, constitucionalmente, ese derecho se cobija en los artículos 24 y 29 de la Carta Magna, aun así, están condicionados a que no se debe infringir la ley o a causar daño moral, ni perjudicar a terceros. En casos donde se tengan indicios o demuestre algún exceso o delito, el Código Penal podrá aplicarse.

El Magisterio de la Iglesia, con su visión humanista, y al conocer su obligación moral ha dictado valiosa materia sobre estos temas. De tal manera, el decreto “Inter Mirificat” sobre los medios de comunicación social, promulgado durante el Concilio Vaticano II, en su artículo 2 expresa:

“La Madre Iglesia reconoce que estos instrumentos, rectamente utilizados, prestan valiosa ayuda al género humano, puesto que contribuyen eficazmente a distender y cultivar los espíritus y a propagar y afirmar el Reino de Dios; sabe también que los hombres pueden utilizar tales medios contra los designios del Creador y convertirlos en instrumentos de su propia perdición…”.

El artículo 11 ratifica:

“Muy principal deber moral, en cuanto al recto uso de los medios de comunicación social, incumbe a los periodistas, escritores, actores, guionistas, realizadores, exhibidores, distribuidores, empresarios y vendedores, críticos y a los demás que de algún modo intervienen en la realización y difusión de las comunicaciones; pues es de toda evidencia la trascendencia y gravedad de su cometido en las actuales circunstancias humanas, ya que, informando e incitando, pueden dirigir rectamente o hundir al género humano… Misión suya es, por tanto, compaginar las cuestiones económicas políticas o artísticas, de modo que no produzcan daño al bien común…”.

En resumen, la Iglesia exhorta a todos los medios de comunicación social (seculares y religiosos) y en todas sus formas (diarios, telenoticieros, revistas, boletines, radio y publicaciones en la web) a velar por una correcta forma de informar y de acrecentar los buenos valores.

 

*Comentarista de temas cotidianos

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Martes 28 Febrero, 2017

HORA: 12:00 AM

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