Costa Rica, política y libre albedrío
Omar Babbar Amighetti*
El falso ídolo del dinero es el signo de los tiempos. Sus ingenierías propagandísticas, sus estrategias tan brutales para formar o, mejor dicho deformar, mentes, flagrantes e indecentes, que la mansedumbre del pueblo se explica tan solo como el triunfo aparente del control mental.
Las antiguas escrituras sagradas de los pueblos que eligen la sabiduría y la vida se hacen sentir como trompetas (¿o será Trumpetas?) de un apocalipsis planificado y ejecutado con alevosía e impunidad en contra del pueblo.
La “sacrosanta” institucionalidad democrática y el paternalismo y la benevolencia de los gobiernos a escala global son guantes y máscaras, que, como los muros ideológicos y religiosos y fronteras que mantienen artificialmente separados a los pueblos del mundo, se están derrumbando ante los ojos desesperados de los propietarios, “por linaje”, “derecho divino” o ser “el pueblo elegido” de este mundo de guerra y violencia en contra de los “hatos ganaderos” o jurisdicciones político-administrativas que llamamos “países”.
He denunciado que la población ha sido forzada a alimentarse muy mal y se conduce un genocidio hidroalimentario en contra del pueblo.
El mensaje urgente que quiero darles a los pueblos del mundo es que nadie puede forzarnos a intoxicar a nuestros hijos. Que Dios nos dio libre albedrío, ojos para ver, oídos para escuchar, discernimiento... Recientemente dos grandes actores, De Niro, uno de ellos, prometieron 1.000 dólares a quien pudiera aportar prueba de que las vacunas son buenas para el ser humano.
Otra cachetada simbólica a la cara de los globalistas. La avalancha de fracasos desde la salida de Gran Bretaña de la U.E., la derrota de SOPA, mordaza a Internet, el fracaso estrepitoso de las trasnacionales de adueñarse de los países del TPP, también fallido, apuntan a un nuevo amanecer de la humanidad.
Sin embargo, el clavo en el ataúd de los globalistas del Nuevo Orden y Gobierno Mundial “de Dios” lo ha contribuido a la historia el triunfo de los “nacionalistas” xenofóbicos, racistas, del sionismo responsable de los mayores holocaustos y genocidios registrados en el siglo XX.
Me toca prevenir que quienes más sufrirán y pondrán más muertos en los próximos 7 años de tribulación y guerra mundial, no nuclear (otro acuerdo en contra de los globalisas), serán los pueblos acostumbrados a que les den todo masivamente, hasta lo que pensamos, vestimos y comemos.
La clase política es víctima también del mismo sistema que crea enfermedades innecesarias y terapias imaginarias...
Insisto junto con el Creador: “la luz de los justos brillará alegremente, mientras la lámpara de los impíos se apagará”. Construyamos la alegría del pueblo.
Si se puede, alto a la impunidad y la práctica farisea de envenenar la mesa, la mente y el corazón del pueblo.
Amén.