La Estatua de la Libertad viene hacia Costa Rica
Rolando Pinto*
Este Gobierno y otros más se han dado una dura tarea de crear las atracciones mundiales más complejas de toda la historia.
Por ejemplo, tenemos el puente más caro y pequeño de Latinoamérica, un trayecto de 100 metros que le puede llevar hasta una hora. La Platina, algo increíble, y próximamente después de 10 años de estar abierta, esta atracción va a ser cerrada. Fue tan famoso que hasta la mismísima Kim Kardashian llegó a conocerla antes de ser cerrada.
Otra imponente atracción muy difícil de crear y con una logística de “miedo” han sido los famosos cráteres. Como sabemos, Costa Rica es un país de volcanes.
Por eso mismo, el Gobierno ha llenado todas nuestras pequeñísimas calles de miles de cráteres, esta magna obra es tan complicada que puedes encontrar cráteres de 10 cm y hasta de 1 metro. Además, desde cinco o seis cráteres por calle hasta mil. Algo sin nombre, simplemente de una mentalidad genial de tico.
Una obra grande también ha sido el viaje de más duración y menos kilómetros. Usted en Costa Rica puede tomar 2 horas de su vida y reducirlas en 8 km. Por supuesto, el viaje más corto y de más larga duración que pueda tomar cualquier ser humano, más cerca ir a México que a Heredia por la Pozuelo.
Y para terminar un club obligatorio, que además de ser uno de los más costosos del país, es algo sin duda merecedor de premios. Solamente tiene que tener una enfermedad, mejor si es terminal.
En este lugar le darán una cita para dentro de cuatro o cinco años. El premio que se lleva (si es que llega vivo a la cita) pues la operación, pero también puede apostar doble o nada, ya que puede ser que el día de su operación o cita, haya paro, su doctor esté de vacaciones o simplemente no haya equipo. Esta excelente opción los espera en la CCSS.
En definitiva, Costa Rica es un país de oportunidades.
Por ejemplo, están abiertas las becas y los puestos altos a todas las hijas de rectores y presidentes. Únicos en el mundo.
Saben amigos, algunas veces siento que, a pesar de tantas cochinadas y cochinos que se ven en este territorio tan pequeño, este país merece la Estatua de la Libertad.
He podido estar en la Plaza de la Cultura y no he visto a nadie correr por un estallido de coche bomba. Ir al puerto sin ser bajado en medio camino, por un grupo guerrillero que nos rapta.
También he podido explotar bombetas en diciembre sin miedo a que sean balas de metralleta de algún grupo radical. Y hasta me he acostado en La Sabana, jugado bola y tomado agua gratis de algún tubo todo sucio.
Por eso yo no envidio los goces de Europa. ¡Aquí tenemos grandeza! Y ningún Gobierno ni gobernante nos la ha dado, ni nos la va a dar, ni nos la va a quitar. Esperemos que a Costa Rica no llegue algún gobernante desquiciado como Trump o como nuestro vecino del norte.
Estos seres solo contaminan al pueblo, rompen la inocencia y disparan la desigualdad. Un líder siempre tiene que ser conciliador. Un líder siempre tiene que ser como un padre, duro pero suave. Amable pero recto.
El día en que a Costa Rica lleguen cosas tan horribles como las que pasan en todo el mundo, desde Nicaragua dando la vuelta por todo el mundo hasta llegar a Panamá, ese día Costa Rica deja de ser Costa Rica. No nos salvamos de los locos, porque aquí hay más de uno. Pero todavía tenemos mucha paz y libertad. Por eso, realmente, la Estatua de la Libertad debería de estar en este país tan pequeño y tan pobre. Pero grande en libertad y paz.
Para más críticas, libros, escritos y bromas, los espero en mi página payasobarato.es.tl
*Escritor
