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Opinión

El verdadero peligro de los nacionalismos

La columna de Jaime Ordóñez

Madrid.- Existe una ola de artículos en todo el planeta sobre la gravedad del retorno a los nacionalismos económicos, marcado por el Brexit y la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, la reciente elección en los EE.UU. y el rompimiento con el TPP (Acuerdo de la Cuenca del Pacífico), y su exigencia a las empresas estadounidenses de desmontar su outsourcing en el extranjero para regresar a la producción doméstica, como si fuera posible por decreto volver al siglo XIX o a la segunda mitad del siglo XX. Muchas de esas pretensiones serán inviables, como lo han indicado empresas de Silicon Valley (Google, Intel, Apple y varias otras), advirtiendo que el sistema de producción actual es hoy día intrínsecamente global y cualquier otra pretensión es pura ideología ultramontana.

La gran paradoja de todo esto es que mientras China (un estado todavía comunista y con régimen de partido único) promueve actualmente el libre mercado, el gobierno de los EE.UU. clama por el proteccionismo económico. Paradoja de paradojas. Nadie lo hubiese pensando hace apenas 10 años.

Sin embargo el nacionalismo económico no es el más grave. 

Hay una tendencia aún más peligrosa: el resurgimiento del nacionalismo político, la xenofobia racial y religiosa, y el debilitamiento del sistema multilateral que diseñó el planeta desde 1945, al final de la II Guerra Mundial. 

Todo se ha puesto en jaque en el último año: desde la sostenibilidad de la Unión Europea (habrá que esperar que el caso británico no genere un efecto dominó en otros países europeos, y la clave está en la próxima elección en Francia), el rechazo de Washington a los Acuerdos de París sobre Medio Ambiente, además de debilitamiento del sistema ONU. 

Por no hablar del peligro de rompimiento de los acuerdos de la OTAN y los equilibrios que supone dentro de los países que se enfrentaron en las dos guerras mundiales. Todos estos balances se encuentran hoy en la cuerda floja. 

¿Estamos viviendo un escenario similar a los de 1914 o 1933, previo a las dos guerras? Las tendencias de acuartelamiento nacionalista que se verifican en distintos lugares del planeta parecerían indicar peligrosas similitudes. 

Además del Brexit en Gran Bretaña, están algunos eventos muy visibles, como la caída de Mateo Renzi en Italia a mano de alianzas nacionalistas de derecha e izquierda o el ascenso en las encuestas de Marine Le Pen en Francia. Por otro lado, el fortalecimiento de Putin y su modelo autocrático pan-ruso.

Pero hay otros eventos más complejos y menos visibles: la agudización de conflictos en el mar de Japón y en el mar de China auguran problemas territoriales similares a los vividos entre 1940 y 1945; el conflicto latente chino-pakistaní, el rompimiento de los acuerdos sobre armamento nuclear con Irán que EE.UU. y la Unión Europea lograron en la última década. 

Además del cambio esencial que sufrió la política de Turquía en los dos últimos años, con la reciente confesionalización del gobierno de Erdogan. 

La laicicidad de Turquía en los últimos 80 años (desde la época de Mustafa Kemal Ataturk) fue clave para mantener equilibrio entre Occidente y el mundo árabe, hoy tan ideologizado. Turquía, el gran puente de civilizaciones, también parece experimentar un retroceso.

Todo este equilibrio que sostuvo el planeta en los últimos 70 años se encuentra hoy en entredicho, sostenido apenas de hilos muy delgados.

 

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PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 20 Febrero, 2017

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Jaime Ordóñez

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