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Opinión

De nada sirve desvestir un santo para medio tapar otro con ropa ajena

Alternativas

El sistema de seguridad social surge para proteger a los trabajadores de los infortunios que produce la incapacidad, permanente o temporal, de ganarse la vida con el sudor de su frente durante la enfermedad o la vejez. Es en las sociedades modernas la herramienta más importante para alcanzar justicia social. Por eso la tarea de construirlo, que arranca con la visionaria y pionera reforma social del Presidente Dr. Calderón Guardia, es un tesoro nacional que todos debemos defender y mejorar, nunca dejar que se deteriore.

El Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) es el primer pilar de este sistema, que luego de su creación en 1941 fue convocado constitucionalmente a su universalización por el Gobierno de don Mario Echandi, que aportó recursos financieros e inició el incremento solidario del tope de cotización. Don Rafael Ángel Calderón Fournier, siendo diputado, aprovechó el proyecto de Asignaciones Familiares para establecer el Régimen de Pensiones No Contributivas, con el fin de llevar fraternamente justicia a las familias pobres sin pensión. Finalmente, la Reforma Social de Nuestro Tiempo, la Ley de Protección al Trabajador (LPT), estableció el Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias que asegura a los trabajadores una segunda pensión, que aunada a la de IVM permite una vejez digna, ya que por los cambios demográficos y los parámetros de IVM era evidente que esa pensión se tornaría insuficiente.

Pero, por las tasas de contribución a IVM, la edad de retiro y el monto de la pensión, era también necesario un programa para ir adaptando esos parámetros a la evolución de la composición de la población y a la creciente tasa de jubilación de trabajadores y su relación con la cantidad de cotizantes. A pesar del gran esfuerzo para empresarios y trabajadores que significó aprobar la LPT, estuve de acuerdo en aprobar un ajuste a los parámetros de ese sistema y así se lo propuse al entonces presidente electo Abel Pacheco, para aprovechar el período de transición y que asumiera mi Gobierno el costo político de ese ajuste. Pero el Presidente Electo me pidió no hacerlo y el ajuste efectuado en su Gobierno fue insuficiente. Además, no se ha cobrado a los entes autónomos la contribución sobre sus ingresos en favor de la CCSS que la LPT estableció.

Desde 2007, se han presentado a la CCSS diversos estudios actuariales que señalaban la urgencia de ajustar los parámetros de IVM. Pero, con tozudez, la CCSS negó la realidad y no ajustó esos parámetros, a pesar de esos informes que señalaban la inviabilidad financiera y pese a las repetidas demandas de Supen de que lo hiciera.

Ahora, frente al resultado del estudio de la Universidad de Costa Rica, la CCSS propone una medida paliativa de incrementar en un punto porcentual la contribución de los trabajadores, que sería aceptable como el primer paso de un plan integral, pero no como una medida aislada.

Además, simplemente dar consideración a la propuesta de usar los recursos de la Ley de Protección al Trabajador para financiar IVM es un despropósito y un intento de hurto en contra de los trabajadores. Son recursos de los trabajadores, aportados por ellos y su patrono, y están en cuentas individualizadas de PROPIEDAD DE LOS TRABAJADORES. El Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias se estableció con operadoras privadas y cuentas individuales de propiedad de los trabajadores, previendo que esos recursos deberían ser protegidos de la voracidad insaciable de los gobernantes.

La Ley de Protección al Trabajador se hizo para asegurarles a los trabajadores una pensión complementaria que compensara la disminución en el monto de la pensión de IVM que ya estaba claro se iba a dar por los parámetros de ese sistema y el cambio demográfico.

Nada se gana desfinanciando la pensión del Régimen Obligatorio de Pensiones complementarias para financiar IVM, pues el trabajador perdería el equivalente de un 17% de salario que en una vida de trabajo produce este sistema de la Ley de Protección al Trabajador. Sería desvestir un santo para medio tapar a otro, y hacerlo con ropa ajena.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 23 Enero, 2017

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Miguel Ángel Rodriguez

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