La lucha contra la violencia de género que libran diferentes instituciones y la ley que procura erradicar este flagelo que azota nuestra sociedad han quedado plasmados en un expediente que conoció el Juzgado de Familia de Desamparados. En el mismo se condena a un sujeto de apellidos Carvajal Poveda al pago de ¢40 millones luego de que se comprobara, basados en la prueba documental, que este hombre incurrió en adulterio en al menos dos ocasiones, además de ser condenado por daño moral motivado por sevicia (malos tratos), contra su esposa de apellidos Rivera Calvo.
El tribunal se pronunció en setiembre del 2016, en cuanto al proceso ordinario de liquidación anticipada de bienes gananciales, bajo el expediente 14-401577-637-FA y la sentencia número 422-16 indicaba que una demanda por bienes gananciales que planteó el sujeto contra la mujer quedaba sin efecto, tras comprobarse que un terreno que el acusado pretendía sumar como bienes en común con su esposa, fue adquirido por la mujer gracias a una herencia que le entregó su madre.
SEVICIA
La mujer compartió en este expediente judicial la vida que tuvo con su esposo, con quien se casó a inicios de los años ochenta. Incluso el folio de este caso detalla que el acusado, Carvajal Poveda, incurrió en dos adulterios comprobados, que motivó parte de la sentencia establecida en ¢20 millones.
La sentencia en cuanto a esta conducta tomó en consideración la Convención sobre Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra La Mujer (CEDAW), Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer, Constitución Política y Código de Familia. “El padre, quien atormentó a sus hijas, a su hijo y a la cónyuge al punto que los hijos de la pareja desde pequeños, presenciaron los malos tratos del padre hacia la madre y aprendieron a temerle. Los dos hijos que rindieron declaración, identifican a su padre como una fuente de perturbación, dolor, miedo y angustia. Incluso, la señora Carvajal Rivera, hija de las partes, afirmó que ella se orinaba en la cama desde pequeña y hasta los nueve años de edad, hecho importante por sí mismo y más en el contexto de su declaración, pues deja claro que su padre representó una fuente de terror”, indica la declaración de las partes afectadas, registradas en el expediente judicial.
ADULTERIO
El Tribunal de Familia de Desamparados logró conjuntar la prueba documental que indicaba que, Carvajal Poveda, contaba con una relación extrafamiliar desde los años 90, paralela a la vida matrimonial que tenía con su esposa.
Incluso el expediente que condena a este desamparadeño indica que desatendió sus obligaciones económicas con la afectada y sus hijos.
La situación que pesó a la hora de condenarle al pago de otros ¢20 millones, que, sumados a la condena por sevicia, llega a la cifra de ¢40 millones. “Se condena a Carvajal Poveda al pago de los perjuicios ocasionados a su esposa desde que inició el adulterio que generó el nacimiento de esas dos hijas y hasta que el esposo salió del domicilio conyugal definitivamente. Se entiende que esos son los perjuicios reclamados por la esposa, quien ha demostrado que el esposo se desentendió del grupo familiar, recargando en ella la satisfacción de todas las necesidades de la familia. Precisamente porque él mantenía una relación adúltera que generó al menos dos hijas. Entonces, se fija como punto de partida, la época probable del inicio de la gestación de su primera hija extramatrimonial”, indica la sentencia en manos del DIARIO EXTRA.
El Tribunal de Familia de Desamparados determinó que en este caso existió maltrato verbal, psicológico, y patrimonial contra la esposa del demandado, que incluso afectó a los hijos de la pareja por muchos años.
PERIODISTA: Gustavo Retana
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Jueves 19 Enero, 2017
HORA: 12:00 AM
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