La seguridad es trabajo de todos
Editorial
Seguridad es una palabra difícil de definir, pero fundamental para la vida, así lo demostró la población asiática que vive en nuestro país cuando de manera sorpresiva tomó las vías de San José para pedir paz y exigir mayor tranquilidad en las calles y propiamente en los negocios.
Esto tras el asesinato de Oscar Liang Vio, de 23 años, quien fue brutalmente asesinado mientras le robaban en un supermercado donde trabajaba en La Teresa de La Rita, Pococí.
No se sabe si esto logró hacer un llamado de atención a las autoridades o la comunidad, pero por lo menos generó que horas después uno de los presuntos responsables, de apellidos Acosta Méndez, 23 años y oriundo de Desamparados, de manera voluntaria se entregara en el II Circuito Judicial de Goicochea.
Se desconoce si fue por un tema de consciencia o simplemente entendió que la molestia de la ciudadanía haría que las autoridades lo capturaran más rápido y posiblemente haciendo uso de otros mecanismos más violentos.
Los asiáticos son una comunidad muy trabajadora y la única que de lunes a lunes se mantiene en su local disponible para dar servicio, están en todos los rincones del país, inclusive en las zonas más peligrosas.
Y pensar que Costa Rica tiene los índices de inseguridad más bajos de Centroamérica no nos debe desviar del tema, algo está sucediendo porque ahora notamos mayores titulares con homicidios y agresiones.
No podemos permitir como sociedad que las cifras sigan aumentando, se entiende que definitivamente el mundo está al revés, porque países como México, El Salvador y Venezuela arrugan el alma con los índices de fallecidos, en este último registró el año pasado una cifra de 28 mil personas asesinadas.
Las autoridades deben tomar ejemplos y evitar por todos los medios llegar a eso, pero los ciudadanos también tienen su cuota de responsabilidad.
Antes se echaba la culpa a la televisión, imaginamos que ahora será a las redes sociales, pero lo cierto es que la sociedad ya puede ver hasta el actuar de la delincuencia con solo un móvil y así también ayudar a las autoridades a identificar a los responsables de hechos lamentables como el ocurrido con el oriental.
Pero no basta con esto, lo cierto es que deben retomarse los valores que únicamente se dan en casa, evitar que los niños lleguen con algo que no es de ellos, ahí empieza la enseñanza, explicarles que, si no se puede dar un obsequio, la única manera de lograrlo es trabajando.
Retomemos eso que nos hace falta, está bien andar a la moda, comprar el carro del año, pero no dejemos de lado el comer junto a nuestra familia, el preguntar cómo les va, retomar la comunicación verbal y evitar un poco la que se mantiene vía WhatsApp.
Los líderes políticos, policiales y judiciales deben dejar a un lado sus intereses personales y generar mayores soluciones para la población, no es hacer un llamado a que nos cuidemos, es evitar que nosotros nos llenemos de miedo, sentimiento que nos impida salir de casa para no ser robados o en el peor de los casos asesinados.
Aunque igual esto nos hace reflexionar: ¿Qué hacemos por la seguridad de nuestra casa o comunidad? Podemos exigir a las autoridades que nos cuiden, pero también debemos aportar nuestro granito de arena, alertando a los funcionarios de cualquier situación, hacerle el seguimiento que lleve a una investigación.
Actualmente hay muchos métodos, no es necesario dar nombre o señales de dónde se vive, el Organismo de Investigación Judicial mantiene una línea confidencial para hacer cualquier reporte y de seguro estos agentes agradecerán esa información que los ayudará con el análisis del caso y dar con el presunto responsable.
Queremos paz en nuestro país, un lugar donde los habitantes nos sintamos cuidados y protegidos, queremos mayor seguridad para todos incluyendo a la comunidad extranjera. Ojalá se logre en nuestra tierra y en los países de toda América, que las comparaciones sean positivas y no por índices de homicidios.
Muy atinado lo dice el expresidente Mujica: “Hay cosas que tienen valor cuando se pierden”, la seguridad es una de ellas, por eso no podemos dejarla en manos de terceros, todos tenemos que aportar nuestro grano de arena.
