El equipo de producción y almacenamiento de hidrógeno de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) se está desperdiciando, debido que se encuentra en desuso desde hace casi dos años, no obstante, la entidad debe invertir entre $30 mil y $35 mil anuales -¢16,8 millones y ¢19,6 millones- en su mantenimiento. La inversión inicial alcanzó los $2,1 millones, más de ¢1.200 millones.
Con dicho equipo se investiga la posibilidad de convertir hidrógeno en combustible y fue confeccionado mediante un convenio suscrito entre Recope y Ad Astra Rocket, empresa perteneciente al astronauta Franklin Chang. El objetivo era hacer las investigaciones para lograr convertir el hidrógeno en combustible para automotores.
El acuerdo se suscribió en 2011, pero fue rescindido en 2015 por Ad Astra, debido a que no había respuesta de Recope para desarrollar la última fase del proyecto que era diseñar un dispensador integrado, con el que se podría llenar, en un corto lapso, el tanque de un vehículo con hidrógeno. Esta fase del proyecto ronda los $2,3 millones.
Jimmy Fernández, jefe del Departamento de Investigación de Recope, comentó que se le debe dar un mantenimiento preventivo al equipo a fin de no se dañe, pues es único a nivel de Centroamérica.
CADA DOS O TRES MESES
Al mismo tiempo recalcó que la entidad está esperanzada en reiniciar la investigación, pues se está a la espera de la respuesta de la Asamblea Legislativa para que apruebe el proyecto de ley que le permita a Recope incursionar en el desarrollo de combustibles a base de tecnologías limpias.
“Nos preocupa (el tener el equipo en desuso) porque si bien son equipos de investigación, no están diseñados para estar mucho tiempo apagados, por eso los tenemos que estar prendiendo cada dos o tres meses. Es como un vehículo al que se le cambia el aceite, pues aunque no se use, hay que cambiarlo porque expira su vida útil.
Estos equipos no están diseñados para mantenerlos sin utilizar durante largos periodos. Nos preocupa el retraso en la Asamblea Legislativa, es un equipo con el que podríamos avanzar más rápido en las investigaciones. Hay que dar espacio a los diputados para que tomen la decisión y el país pueda ir caminando en una ruta más clara de los combustibles alternativos”, reafirmó Fernández.
Recalcó que, aunque cada tres meses se procede a encender el equipo, entre más tiempo pase sin estar en uso hay probabilidad de que se dañe y entonces la reparación saldría más cara.
Cabe recordar que en la Asamblea Legislativa se tramita un proyecto de ley tendiente permitirle a Recope incursionar en otros combustibles. El objetivo del mismo es ofrecerle a la población diversidad de productos que sean amigables con el ambiente, pero a la fecha el trámite no ha tenido mayor avance.
¿DÓNDE ESTÁ?
Al preguntarle a Fernández dónde se encuentra la maquinaria respondió que permanece en las instalaciones de Ad Astra, en Liberia Guanacaste, por lo que Recope debe pagar $510 mensuales -¢285.600-, que vienen a ser $6.120 (¢3.427.200) al año.
Cuando se dio el rompimiento del convenio entre las partes, en su momento, Recope había señalado que iba a trasladar el equipo probablemente al plantel en Barranca, pero tras las valoraciones efectuadas se optó por dejarlo en Liberia y pagar un alquiler a Ad Astra.
Al respecto, Fernández puntualizó que la decisión se debe a que desinstalar, trasladar y ensamblarlo de nuevo resultaría más caro, por lo que se optó por dejar el equipo allí a y pagar un “valor simbólico”.
“Recope está muy interesado, si no lo estuviera, no estaría empujando el proyecto. Se busca que este tipo de iniciativas caminen, aunque sea a nivel experimental en nuestro país”, agregó Fernández.
PERIODISTA: Krissia Morris Gray
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Martes 17 Enero, 2017
HORA: 12:00 AM
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