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Opinión

Por un fútbol en paz y armonía

Editorial

El fin de semana arrancó el campeonato nacional de fútbol 108 de la historia. El deporte número 1 de los ticos regresa para llenar de emoción los estadios de los 12 equipos de primera división que lucharán por el título de campeón durante los próximos 5 meses. 

Solo uno logrará alzar la copa de campeón en mayo, pero el esfuerzo y la competencia llenan de ilusión y orgullo a cada afición en este inicio de año. 

Ese debe ser el espíritu que acompañe a nuestro deporte rey en este 2017. Un fútbol en paz donde se imponga el juego limpio. Para eso, jugadores, entrenadores, dirigentes y aficionados deben concebir el fútbol como un lindo juego donde a veces se gana y a veces se pierde. Los futbolistas, como grandes protagonistas del espectáculo, deben dedicarse a prepararse de la mejor manera, entrenar fuerte como profesionales que son y dentro del rectángulo verde concentrarse en jugar, olvidarse de los árbitros, correr más y pelear menos. Competir para ganar, pero siempre respetando al rival. Que no se olviden que en la gradería y detrás de las pantallas de televisión hay miles de niños que los admiran y sueñan seguir sus pasos en todo el país. 

Sus jefes directos, los entrenadores y miembros de los cuerpos técnicos no pueden dejar pasar que sus épocas de jugadores ya pasaron y que ahora pueden influir menos en lo que sucede dentro de la cancha. Sus declaraciones polémicas e incendiarias contra rivales y silbateros, antes y después de los partidos no contribuyen en nada al juego limpio. Ellos son la cabeza de un grupo y como tal deben manejarse con la cabeza fría y una conducta intachable. 

Lo mismo aplica para los dirigentes, su función es gestionar sus instituciones de una manera saludable, que no haya atrasos salariales y brindarles las mejores condiciones a sus empleados para trabajar. Tender puentes de diálogo con las directivas rivales y promover el juego limpio también en las oficinas.

Los aficionados, como cuarto eslabón, constituyen la verdadera esencia del fútbol. Sin ellos nada sería posible. Por eso debe prevalecer entre ellos el respeto, la tolerancia y la madurez para saber digerir las derrotas. Que los estadios vuelvan a ser escenarios familiares, que las barras sigan desapareciendo y con ellas los brotes de violencia en las graderías. Que las redes sociales sean para interactuar e intercambiar opiniones, pero no para desatar batallas sin sentido a partir de insultos. 

Si todos empezamos a colaborar para que lo anterior suceda podemos ilusionarnos con un vivir un Torneo Verano 2017 en paz y armonía, donde se hable más de los golazos y las grandes atajadas que de los errores arbitrales, las broncas entre rivales y las declaraciones fuera de lugar de algunos protagonistas de lengua filosa.

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Miércoles 11 Enero, 2017

HORA: 12:00 AM

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