John Jairo Velásquez Vásquez, quien fue jefe de sicarios de Pablo Escobar, líder del Cartel de Medellín, aseguró a DIARIO EXTRA que tras el acuerdo de paz (ver nota en página 20) nuestro país se convertirá en base de operaciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Velásquez, conocido como “Popeye”, durante los 23 años que pasó preso compartió con los máximos líderes de ese grupo que controla el mercado de la cocaína, lleva a cabo secuestros y ejecuciones en las selvas colombianas.
“Estuve preso con los comandantes y como ser humano son despreciables, pero son muy inteligentes, no pudieron por la vía militar, irán por la política. Van por el poder, están haciendo la paz porque se tomarán el país, hay mucho dinero de por medio, en todo el mundo se consume su droga que comercializan”, enfatizó.
“Popeye” algo enérgico aseguró vía telefónica que el proceso de paz es una farsa y las FARC están con una estrategia de guerra.
“Ellos tienen sus testaferros en Costa Rica, es un puente para guardar dinero y comprar propiedades, irán por su país, están colonizando y les interesa su país y Nicaragua.
Es muy grave. Van a tener sus tentáculos allá, moverán su dinero y grandes cantidades de droga por ahí. Es gravísimo para su país el acuerdo de paz que se firmó”, agregó.
Quien fue la mano derecha del mayor narcotraficante del mundo dijo que la llegada de Rodrigo Granda, quien tenía dinero en nuestro país, es el claro ejemplo de que seguirán operando en territorio nacional.
“Son muy fuertes y les entregaron la plataforma política, 21 emisoras, curules en el Senado. Con el dinero del narcotráfico comprarán senadores, alcaldes, diputados, concejales y se van a montar.
Los bandidos tienen las armas escondidas, ya que son la garantía del cumplimiento. Van a quedar con todo y trabajarán con el Cartel de los Soles en Venezuela”, explicó.
“Popeye”, quien conoce al dedillo cómo se mueven las FARC, aseguró que el Estado les va a financiar su partido político con 3 mil millones de pesos para un comunismo, quieren que todos seamos pobres menos ellos. Es una locura.
La firma iba a ser en el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, pero los miembros de las FARC tenían que entrar a Estados Unidos y como en ese país es de verdad dijeron que si entraban los detenían porque son narcotraficantes”, manifestó.
MINISTRO CREE EN EL RETORNO
Gustavo Mata, ministro de Seguridad, expresó que los miembros de estos grupos retornarán a rehacer su vida.
“Lo que quieren es desarrollar su proyecto de vida y político en Colombia. No creo que lleguen, antes estaban en la clandestinidad, antes necesitaban estar fuera del país para hacer sus movimientos.
Ahora que está el plan de paz sería absurdo que lleguen a realizar sus compañas políticas de defensa ideológica que no sea en el país de ellos, más bien habrá un retorno de todas estas personas a Colombia”, acotó.
Fuentes confidenciales mencionaron a El Periódico de más Venta en Costa Rica que son millonarios los bienes de las FARC en nuestro país y han sido detectados por nuestras autoridades.
Lujosas viviendas, haciendas y vehículos estarían a nombre de familiares que tienen residencia aquí, entre ellos allegados a Pablo Catatumbo. No se descarta que realicen algún tipo de negocios con dinero producto de las actividades del narcotráfico.
ERA EL COMIENZO
En el comienzo de hallazgos de pertenencias de las FARC en nuestro país, las autoridades decomisaron $480 mil (¢245 millones) en efectivo pertenecientes a esa guerrilla que estaban guardados en la caja fuerte de una vivienda en Barrio Jesús de Santa Bárbara, Heredia.
Esta suma se halló a finales de los años 90 tras una alerta que llegó de Colombia, luego de la muerte del segundo al mando de las FARC, el comandante Raúl Reyes, quien fue asesinado en Ecuador durante un ataque aéreo del ejército colombiano.
La información confidencial sobre el manejo del dinero de las FARC estaba en una de las computadoras pertenecientes a Reyes, donde se mencionaba a Costa Rica, la dirección exacta, la cantidad de dinero y que estaba guardado en la caja fuerte.
Entre finales de 1990 y principios de 2000 las FARC tuvieron 18 mil combatientes y una caja de guerra llena de dinero en efectivo producto de la extracción de oro ilegal, la extorsión, el secuestro y el tráfico de drogas.
Se estima que los ingresos anuales en ese periodo fueron de $200 millones a $3 mil millones.
