Lleno de danza y sin la necesidad de narrar el cuento, El Pájaro de Fuego logró cautivar, de una manera impresionante, después de darnos un espectáculo cargado de fantasía e imaginación.
Esta obra mágica con la música especial de Igor Stravinsky duró aproximadamente un año en preparación y ahora llega al Teatro Nacional junto con la Compañía Nacional de Danza a proponernos devolver el tiempo y hacernos sentir niños nuevamente.
Son 50 minutos en los que nos ofrecen ser parte del cuento, donde existen príncipes, doncellas, animales fantásticos, magos, monstruos y mucha naturaleza.
Destaca un árbol lleno de manzanas de oro, que muchos desearíamos morder. Esos frutos, según el director artístico Alexander Solano, tienen una connotación en ciertas culturas: la eterna juventud.
En total son 14 bailarines y podemos asegurar que su talento lo llevan en la sangre, desde la manera increíble de danzar hasta la forma de incorporarnos en la obra con su presentación en la tarima. El vestuario y el maquillaje utilizados cautivan al público, sobre todo porque la escena se presenta en un bosque oscuro, por lo tanto los trajes están cargados de brillo y colores.
Como casi todos los cuentos, siempre tienen que estar presentes la princesa y el príncipe, pero El Pájaro de Fuego no se basa tanto en esta temática sino más bien en el deseo del príncipe Iván de conocer quién es el ladrón de manzanas de oro del árbol de su padre.
Luego de un arduo camino lleno de conflictos se enfrenta a un lobo que mata su caballo y por lo mismo le ofrece ser su compañero en esa aventura. Siguiendo con su propósito, continúa la travesía y descubre que El Pájaro de Fuego es el ratero, pero al final llegan a un acuerdo para dejar el conflicto y este le ofrece al príncipe Iván una pluma mágica.
En lo oscuro del bosque aparece una hermosa y mágica princesa llamada Elena La Bella, con su vestido celeste lleno de brillantinas y su linda corona, pero existe un mago malvado llamado Koschéi, quien está enamorado de ella.
Siguen los conflictos con el malvado y sus monstruos, incluso captura a El Pájaro de Fuego y lo mete dentro de una enorme jaula, pero al final consigue escapar y la pluma mágica aparece en escena para un cierre que usted no se puede perder.
Al caer el telón nos damos cuenta de que el tiempo voló, al igual que El Pájaro de Fuego, logramos entender por medio de la danza un cuento sin tan siquiera una narración, lo que demuestra el potencial de la danza contemporánea. En definitiva, nos infiltramos en el bosque y fuimos un personaje más de la obra.
Esta propuesta escénica se presentará el 30 de septiembre y el 1 de octubre a las 8 p.m., el 2 de octubre a las 5 p.m. y el 4 de octubre a las 12:10 p.m. Los precios de las entradas para el público en general son ¢12 mil en luneta y butaca, ¢10 mil en segundo piso y ¢7 mil en galería.
Ciudadanos de oro y estudiantes con carné tienen un 50% de descuento, las entradas se pueden adquirir en el Teatro Nacional.
