Se calcula que los problemas de erección afectan o afectarán a cerca de la mitad de la población masculina. Aunque en las etapas iniciales las fallas no impiden el acto sexual, si no se consulta, es cuestión de tiempo para que casi sea imposible la penetración.
Clásicamente, señalábamos los problemas sexuales desde una visión unilateral. Destacábamos las enormes repercusiones sexuales, psicológicas y vivenciales que experimenta el hombre. Hoy entendemos que los problemas de erección son, ante todo, problemas de pareja, que afectan tanto a él como a ella, y que son ambos quienes deben consultar para superar estas fallas, las cuales suelen ir más allá de la esfera sexual.
El varón que no consigue una adecuada erección presenta manifestaciones muy variadas. Vergüenza, temor, bochorno, pena, retraimiento y hasta un deseo de evitar los acercamientos sexuales son algunas de las reacciones del hombre ante su mal desempeño sexual. En algunos casos las consecuencias van más allá, al punto de generar auténticos cuadros depresivos y dificultades con la autoestima sexual.
Hoy se comienza a dar una particular atención a las reacciones de la mujer ante esta falla sexual masculina. Así, muchas y probablemente la mayoría optan por disimular y aminorar cada falla, con el fin de disminuir la afectación de la autoestima masculina y, en algunos casos, por el temor a la reacción de su pareja. Otras pasan por alto estas reiteradas fallas masculinas, dando por entendido que el acto sexual estuvo bien aun cuando no se logró la penetración y aun cuando ambos él y ella saben que no fue así.
Desde luego, todos estos procederes simplemente perpetúan el mal desempeño sexual. La vida sexual se convierte en una colección de fracasos para el varón y en una secuencia de actuaciones y falsetes para la mujer, que deja a ambos insatisfechos sexualmente. En muchos casos, la situación se vuelve más complicada porque la mujer cree ser ella quien propicia el problema en la erección, en el sentido de considerar que ya no es tan atractiva como para lograr que su marido responda sexualmente.
El panorama es mucho más nocivo cuando la mujer piensa que las fallas sexuales se deben a que el varón mantiene una vida sexual extramarital y que, por tener tantas relaciones por fuera, no puede cumplir con creces sus necesidades sexuales. En estas circunstancias, las repercusiones no se limitan al área sexual. La mujer se siente contrariada y resentida, y comúnmente surgen roces y enfrentamientos en el día a día, que amenazan la estabilidad y permanencia del vínculo de pareja.
Otras parejas, más advertidas, aunque enfrentan un gran sufrimiento y las fallas les resultan una auténtica amenaza, comparten su desazón, su pesadumbre y, más bien, se unen ante el problema sexual y se motivan mutuamente para acudir a la consulta.
Esas parejas que consultan se sorprenden mucho cuando se enteran de que los problemas de erección hoy se suelen resolver con facilidad, que en unas cuantas semanas la mayoría de las parejas pueden asumir una vida sexual satisfactoria y placentera para ambos. Quizás, el único pesar que les queda es el no haber consultado mucho antes.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Mauro Fernández
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Lunes 25 Julio, 2016
HORA: 12:00 AM
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