La aprobación de la nueva Ley de Recurso Hídrico no solo revuelve las aguas entre ambientalistas y el partido Frente Amplio (FA), la posible declaratoria del líquido como un bien económico causa revuelo en el Congreso y sectores.
Para los opositores, incluidos el bloque sindical Bussco, significa convertirla en una mercancía y dar un paso hacia la privatización.
“En relación al proyecto 17742 ‘Ley para la Gestión Integral de Recurso Hídrico’ alertamos al pueblo costarricense, del carácter privatizador, congruente con la agenda neoliberal de este proyecto de ley, parte inclusive también de la agenda de implementación del TLC, cambiando el carácter social de un recurso tan indispensable para la vida como el agua, convirtiéndolo en una mercancía.
El derecho humano al agua ya es parte de nuestra legislación, el Artículo 50 de la Constitución y reiterada jurisprudencia de la Sala Constitucional (ejemplo voto 2012-08892) así lo garantizan. Además, la prioridad del agua para consumo humano y el dominio público del agua ya es parte de la legislación (…) por lo que no es cierto que este proyecto venga a elevar el rango jurídico del derecho al agua por citarlo en una ley”, señalan en un pronunciamiento oficial.
El proyecto fue presentado a la corriente por un proceso de iniciativa popular, tras recolectar 170 mil firmas, y aprobado en primer debate desde 2014.
Dagmar Facio, excandidata a la Vicepresidencia de la República, quien participó en el proceso de recolección de firmas, asegura al igual que los sindicalistas el proyecto perdió su esencia original.
“Lo que más me preocupa es el inciso B, que convierte el agua en un bien económico porque ya se ha visto, por ejemplo, para nosotros es muy cercano lo que pasó en Bolivia, que se da la guerra del agua a principios de este siglo, ya uno está como asustado.
Lo que pasa es que no podemos obviar que estamos en un programa económico que se llama neoliberal, en el que todo se ha convertido en mercancía. Lo curioso es que en el original no decía: valor económico, en todos sus diversos usos. Esta es un copy paste de la Declaración de Dublín.
Como dicen que el que con leche se quema hasta la cuajada sopla, con todo lo que pasó con el Tratado de Libre Comercio, empiezan a salir en Internet los diversos anuncios como la señora Chinchilla, publicidad en la que se va y se entrevista a Vica Andrade, en la que no tengo por qué demeritarla, pero ¿por qué buscarla desde México? Eso va a en contra de mi inteligencia”, alegó.
DEFENSA
Edgardo Araya, jefe de fracción del Frente Amplio, insiste en que existe un desconocimiento y es imposible convertir el agua en mercancía cuando se está declarando como un derecho humano.
“Yo he arriesgado incluso mi pellejo, mi familia, mi patrimonio, no en vano tengo una demanda de Industrias Infinito por $1 millón, si juzgan a la ligera, que a veces creo se convierte una discusión apasionada, evidentemente yo no podría estar respaldando un proyecto de ley que vaya a convertir el agua en una mercancía (…)
El agua es un bien económico porque tiene un valor económico, el gran problema que ha habido es que al considerarse que no tiene costo es por eso que los sistemas de acueductos y alcantarillados siempre andan arruinados.
Lo que se plantea es que el agua tiene un costo para traerse, ¿o al AyA no le cuesta nada captar una naciente y traerla a la tubería o es que la Asada de Monterrey de San Carlos no le cuesta nada hacer la captación y tomar la tubería o al Estado no le cuesta un cinco? De eso a que se convierta en una mercancía hay años luz. Con los artículos 1 y 2 se les cae cualquier argumento”, alegó.
Asimismo se pronunció en el mismo sentido la ingeniera Paola Vidal, coordinadora del Laboratorio de Ingeniera Ambiental de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“El agua tiene mucho poder, no podemos hacer nada sin agua, el sentido desde el punto de vista técnico va en darle un valor al agua, cualquiera de los servicios que usted paga en su casa tiene un costo mayor que el que paga por el agua. Una botellita de agua vale casi ¢1.000 y en la casa pagamos ¢6.000 para todo el servicio que se le da.
El problema mucho ha sido en la parte del manejo de conservación del recurso de que realmente lo que no se cobra, no se valora. Ha habido una problemática social importante que seguimos creyendo que el agua cae del cielo. La categoría de darle un valor económico va en ese sentido como una medida de crear conciencia, no como una medida de convertirla en un bien comerciable”, expresó.
También se presentó a la Asamblea Legislativa la Alianza Nacional Agropecuaria, que promueve cambios al proyecto, el cual la fracción del FA busca se vote esta semana.
