La Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) tiene entre sus abonados a alrededor de 12.379 personas que viven en cerca de 50 precarios, en las zonas servidas por la empresa, quienes reciben el servicio mediante medidores compartidos.
¿Cómo funciona? Un grupo de familias que vive en precarios se pone de acuerdo para que en una de las casitas se coloque el medidor y el resto se pega a él, así cuando llega el recibo final, se dividen por partes iguales el monto total y se lo dan a la que aparece como “dueña” del medidor para que acuda a pagar por el servicio.
Según información de la Dirección de Comercialización de la CNFL, 998 medidores abastecen de electricidad 3.935 casas, esto hasta abril de 2016.
Datos suministrados por la oficina de prensa de la CNFL aducen que se trata de un servicio que les brinda la empresa a las familias en vulnerabilidad o pobreza, a fin de que puedan contar con electricidad, pues al no ser dueños legales de las viviendas que poseen, no tienen los documentos que los habiliten para sacar un medidor, de modo que antes procedían a pegarse al alumbrado público y hurtaban energía.
Los hurtos se hacían con cables que ponían en riesgo las estructuras en que habitan y sus vidas, pues no eran aptos para contener y transportar debidamente la electricidad.
Barrio Los Álamos, Premio Nobel de la Paz, La Carpio, 25 de Diciembre, Nuevos Horizontes, La Colina, Las Gradas de Cristo Rey, El Progreso, La Deportiva, Los Chorros, Las Violetas, General Volio, Solidaridad, El Huazo, El Llano, Luz El Futuro, Getsemaní, Vivienda Digna, Concepción, Santa Teresita, Villa Cruz, Rositer Carballo, Corazón de Jesús y La Esperanza son algunos de los precarios que cuentan con medidores compartidos.
Los 50 precarios se subdividen, al mismo tiempo, en 166 sectores compuestos por bloques.
En la oficina de prensa de la CNFL, agregaron que si alguna de las familias no paga el cuota que le corresponde, proceden a cortar la electricidad a quienes son alimentados con energía por dicho medidor, debido a que se dio un incumplimiento en la cancelación de la factura.
Por otro lado, pese a ser familias en vulnerabilidad, no se les aplica una tarifa menor sino que les toca cancelar el mismo monto por kilovatio.
“La idea es que, conforme ellos vayan saliendo de esa condición, como por ejemplo si son reubicados o se les mejora las condiciones donde están, puedan contar con sus respectivos medidores. Se han dado casos que alguna familia que estaba con medidor colectivo se independiza y consigue uno propio y termina pagando lo mismo que aportaban en conjunto”, aseveraron en la CNFL.
PERIODISTA: Krissia Morris Gray
EMAIL: [email protected]
Martes 19 Julio, 2016
HORA: 12:00 AM
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