El desempleo es el mayor dolor de cabeza de los costarricenses quienes también aseguraron que el país va por mal rumbo y que el camino que lleva la administración Solís Rivera es equivocado.
La firma Gil Internacional, a cargo de los investigadores Florisabel Rodríguez y Rowland Espinoza, realizó una encuesta a 2.002 personas, vía telefónica, entre el 4 al 21 de mayo. El margen de error es del +-2%.
El estudio dividió los malestares del país en tres grupos: economía, política y seguridad. En cuanto al primer grupo la principal preocupación es el desempleo, el cual se ha mantenido así desde noviembre del 2014 hasta mayo pasado entre márgenes del 19% al 20%. Le sigue la pobreza que experimentó un descenso, ya que pasó de un 11% en noviembre del año antepasado a un 5% en mayo pasado. A estos dos factores los ticos suman la crisis económica y el costo de la vida.
En el malestar político, el gobierno y el Presidente se ubican en el primer puesto con un 11%, seguidos de la corrupción con un 5%, impuestos e infraestructura que comparten ambos un 3%.
La tercera preocupación es la seguridad. Y en este grupo se ubican solo dos aspectos, la delincuencia con un 13% y el narcotráfico con un 3%.
Allan Mora, politólogo, comentó que el desempleo era uno de los factores más difíciles para la administración Solís Rivera. “La estabilidad del país debería generar empleo, atraer inversión extranjera”, comentó.
El politólogo señaló que hay provincias periféricas como Limón, Guanacaste y Puntarenas que viven serios problemas, ya que muchos jóvenes dejan los estudios para engrosar la lista de delincuentes ante la falta de oportunidades.
“Unos son asesinados y otros son los sicarios”, manifestó.
Estos factores se cruzan cuando los ticos respondieron sobre el camino que lleva el país. En ambos casos vuelven a señalar al gobierno como responsable de ese mal rumbo y repiten que las razones radican en las malas decisiones gubernamentales, delincuencia, pobreza e impuestos.
Sergio Araya, politólogo, explicó que la famosa directriz de pasar a los privados de libertad al sistema semiinstitucional fue un flaco favor que le hicieron a la administración y que acrecentó en la gente el tema de inseguridad.
“Pueden darse críticas de sectores a temas como si el país se une a la llamada Alianza del Pacífico, pero en temas de seguridad los afectados somos todos”, comentó Araya.
Araya manifestó que el pecado original de la administración Solís fue crear expectativas muy altas de cambio que al final nunca se dieron. “Incluso, el Presidente cambió su discurso de cambio y ahora habla de ajustes paulatinos y no hay grandes transformaciones, a lo sumo el tema fiscal”, explicó.
