La producción de madera en bosques genera, anualmente, un aproximado de ¢586 mil millones al país, lo que corresponde a un 2,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Este dato fue revelado por autoridades del Banco Central de Costa Rica, quienes en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Energía, abrieron una serie de cuentas ambientales para dar valor a los recursos naturales del territorio nacional, a fin de que se creen políticas públicas para su conservación.
“Este porcentaje indica que el Estado debe impulsar iniciativas para que la explotación de la madera en el país vaya en crecimiento”, explicó Henry Vargas, director del área de Estadística Macroeconómica del BCCR.
Vargas explicó que, por el momento, el banco trabaja en estimar el valor que aportan los bosques por concepto de turismo y labores ecosistémicas (fijación de carbono y polinización). Además, buscan dar valor a la biodiversidad del país, asunto en el que trabajarían el próximo año.
En tanto, Édgar Gutiérrez, jerarca del Ministerio de Ambiente, indicó que la importancia de las cuentas radica en que los indicadores debían ser recopilados y medidos para la toma de decisiones en pro de los recursos naturales del país. Dicha medición se realiza por primera vez en Costa Rica.
Las cuentas ambientales contemplan tres aspectos: Agua, bosques y energía. Vargas comentó que con esta iniciativa, no se busca mercantilizar los recursos con que cuenta Costa Rica, sino darles valor e incluir las cifras compiladas por las diferentes entidades en la implementación de medidas en pro del medio ambiente.
Otro indicador revelado por el BCCR corresponde a la cantidad de agua que se pierde en el país por errores de administración, el cual asciende a un 57%.
“Esto nos indica que el país no tiene problemas de escasez de agua, sino de manejo del recurso hídrico. Por lo tanto, hay que impulsar políticas que hagan que ese indicador se revierta”.
En el BCCR detallaron que planean abrir cuentas ambientales relacionadas con el uso de suelos y otros factores que aún no se han incluido.
Para la creación de la herramienta, las instituciones ticas contaron con la asesoría del Banco Mundial mediante el programa de Cuantificación y Valoración de los Servicios Ecosistémicos (WAVES por sus siglas en inglés).
