En Barra Honda, Guanacaste, los vecinos reutilizan las aguas que vienen de la ducha, el lavatorio y el fregadero para regar cultivos, lavar el piso y hasta el carro. Los líquidos que normalmente van a dar al patio, a una quebrada o en el mejor de los casos a un caño pasan por jardines que limpian el agua.
Escondido entre bellas plantas floreadas se encuentra un sistema de ingeniería construido con el fin de maximizar la remoción de los contaminantes presentes en las aguas residuales generadas a nivel doméstico, reproduciendo los mecanismos de degradación de los humedales naturales.
De acuerdo con Maritza Marín, del Instituto de Estudios en Población (Idespo), las biojardineras consisten en excavaciones poco profundas (menores de 1 metro) e impermeabilizadas que se rellenan de material granular (piedra) y sobre las cuales se siembran las plantas. El sistema está conectado a tuberías de entrada y salida que permiten el flujo del agua.
“La sencillez de su construcción permite que se utilicen materiales accesibles en la mayoría de las comunidades, así como mano de obra local, lo cual puede ser muy ventajoso para los sistemas de saneamiento comunales”, expresó la funcionaria durante la inauguración de las biojardineras.
El proyecto es parte del programa Promoviendo viviendas entornos y familias azules, del Área Rectora de Salud de Nicoya, en conjunto con Idespo. Esta iniciativa busca generar conductas y entornos saludables mediante la acción comunitaria.
Mario Acosta, del Ministerio de Salud, explicó que el aprovechamiento y canalización de aguas residuales previene la formación de criaderos del mosquito del dengue y chikungunya, así como la contaminación de nacientes y ríos.
El programa, además de contribuir con el ambiente, ofrece ventajas para la economía de los hogares acostumbrados a usar agua potable para todo.
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Lunes 30 Mayo, 2016
HORA: 12:00 AM
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