Pistas clandestinas y avionetas del narcotráfico
Mario A. Mazariegos Palacino
Estos sucesos no corrientes en nuestro territorio obligan a las autoridades a revisar los protocolos de seguridad que se utilizan en el primer anillo, que son las fronteras marítimas, terrestres y aéreas; situación que hemos denunciado en la prensa y hasta en los tribunales por incumplimiento de deberes de algunas autoridades responsables de ejercer la soberanía y que, como es de todos sabido, la lentitud de los tribunales pone en desventaja a los ciudadanos.
Puedo recordar, como funcionario del Ministerio de Seguridad Pública de 1981 a 1988, la Declaración Internacional de Neutralidad de la República de Costa Rica en la Administración de don Luis Alberto Monge Álvarez con su ministro de Seguridad Pública Lic. Ángel Edmundo Solano Calderón, que nos fue dada la orden de que en todos los patrullajes aéreos se incluyera la observación y ubicación de campos de aterrizaje clandestinos, como efectivamente se hizo, logrando el cierre técnico de unos 133 campos de aterrizaje.
Esa misma orden continuó en la primera Administración del Dr. Óscar Arias Sánchez.
Pareciera ser que en la actualidad algunos funcionarios públicos inobservan las obligaciones propias de su cargo.
No aprendieron la lección que nos dejó la invasión de isla Calero por un claro abandono de puesto o de guardia.
Esta invasión a isla Calero debe servir como lección para revisar y actualizar los protocolos de seguridad que se utilizan internacionalmente, porque Costa Rica, a pesar de que no tiene ejército, no se puede apartar de las normas internacionalmente ratificadas para ejercer la soberanía, normas que son de estricto cumplimiento.
Llamo la atención respetuosa a los señores diputados de la Comisión de Narcotráfico y Seguridad, al señor ministro de Seguridad Pública, para que investiguen el incumplimiento de deberes de las autoridades sobre los convenios internacionales que Costa Rica ha firmado y ratificado por ley; entre ellos el Convenio de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, concordado con otras normas de derecho internacional, que son las normas más importantes que se han firmado y ratificado, porque en ellas están la ley y el reglamento para ejercer la soberanía y sobra decir que son de cumplimento obligatorio.
No es posible que un avión ultraligero despegue de un campo de aterrizaje en Costa Rica y no es hasta que llega hasta la República de Guatemala que nos demos cuenta de ese tráfico de drogas, solo porque ese avión choca contra unos cables de alta tensión y cae a tierra.
Posteriormente su piloto sale caminando, deja 30 kilos de una posible droga y aquí en Costa Rica nada pasa y así con los otros accidentes aéreos donde están involucradas aeronaves del narcotráfico.
Según el artículo 2 de la Constitución Política de Costa Rica, la soberanía reside exclusivamente en la nación, de manera que la opinión que facilita el DIARIO EXTRA, -el de mayor venta y más leído-, de usted amigo lector y mía, es parte manifiesta de esa soberanía, porque todos formamos la nación.
Por todo lo anterior, dejo patente de puño y letra mi derecho a la protesta sobre la incompetencia con que nuestras autoridades ejercen la soberanía.
