Mediante el marcaje de tiburones martillos, para su monitoreo, es cómo la asociación conservacionista Misión Tiburón busca tener un registro para la salvación de esa especie, el proyecto contó con el apoyo de Fundación MarViva por al menos un año y medio.
La misión es liderada por Andrés López e Ileana Zanella, quienes realizan el estudio en el Golfo Dulce, Pacífico Sur, y reciben fondos de diferentes instituciones.
PROCESO DE MARCAJE
“El proyecto consiste en capturar tiburones martillo para marcar, nosotros estamos realizando estos estudios desde hace 5 años, para eso utilizamos marcas acústicas para saber de movimientos, la residencia de los tiburones en ciertos hábitats específicos”, apuntó López a DIARIO EXTRA.
Una vez que capturan uno de los escualos, generalmente con la ayuda de un pescador profesional, le toman medidas para determinar qué clase de marcaje se le puede implantar al tiburón.
En caso de que mida menos de 70 centímetros, los biólogos proceden a ponerle sólo una marca plástica, la cual tiene una numeración, dirección de la página web, números telefónicos y otros detalles.
Las marcas plásticas permiten que si algún otro pescador recaptura a ese mismo tiburón, les pueda devolver la información a la Organización No Gubernamental (ONG) Misión Tiburón sobre el tamaño y lugar donde fue atrapado.
MARCAJES ACÚSTICOS
Los biólogos marinos destacaron que además utilizan marcas acústicas, las que consideran como tecnología pasiva, que permiten un mejor control y se implanta mediante una incisión.
La marca acústica es un pequeño dispositivo que funciona con diferentes receptores marinos, instalados en lugares críticos al fondo del mar.
“Marcamos tiburones cerca de esos lugares para saber cuándo pasan los tiburones por esa zona, cuándo se van y hacia dónde se van”, detalló López.
En Costa Rica, se cuenta con al menos 12 receptores en el Golfo Dulce, además de los instalados en Isla del Coco, Isla del Caño, Islas Murciélagos y al norte del país, lo que les permite crear una red.
ÁREAS DE CRÍA
Andrés López detalló que realizan la gira para el marcaje de los tiburones martillo en el Golfo Dulce al menos una vez al mes.
El proyecto les ha permitido determinar que es importante la protección de esa especie en ese sector del país, debido a que ahí es donde se encuentran los tiburones martillo recién nacidos, que posteriormente se trasladan a la Isla del Coco.
“Todo Golfo Dulce es utilizado por los juveniles del martillo y otras especies como áreas de cría, se definen como lugares donde los tiburones pasan sus primeros años de vida, son lugares donde hay más tiburones que en otras zonas”, apuntó el biólogo marino Andrés López.
Según López, han logrado determinar que la mayoría de tiburones martillo recién nacidos se puede encontrar en la zona desde abril hasta julio.
“Allá (Isla del Coco) están los adultos que vienen acá (Punta Piedra, Golfito) a parir a los tiburones, los recién nacidos se quedan en el Golfo Dulce entre 3 o 4 años y salen, pero hay casos excepcionales en el que abandonan el sitio desde un año, según hemos comprobado con los receptores y marcajes”.
En promedio los tiburones martillo recién nacidos miden en promedio 60 centímetros.
Erick Ross, de Fundación MarViva, detalló que esa es una estrategia de sobrevivencia y en esa zona van a estar resguardados de tiburones más grandes.
“Los tiburones juveniles son muy pequeños, entonces las hembras se acercan a zonas costeras, resguardadas, donde ellos van a poder crecer y encontrar alimentos fácilmente, porque ellos se alimentan de camarones y peces pequeños”.
Ross señaló que las crías se mantienen en el golfo por al menos 3 años mientras van creciendo y generalmente llegan a una etapa de madurez, cuando alcanzan los 2 metros.
“Es importante protegerlos cuando son grandes en la Isla del Coco y aquí (Golfo de Nicoya) cuando son pequeños porque si no los protegemos en la costa, van a ser pescados y nunca van a llegar a ser adultos”, apuntó el experto de MarViva.
OBJETIVO
Misión Tiburón es una ONG creada en el 2010 por varios biólogos marinos, entre ellos Ileana Zanella, destacan estudios que dicen hemos perdido el 90% de los grandes depredadores del mar.
“El reto es la conservación, nosotros trabajamos con tiburones porque estamos convenidos que ecosistemas con tiburones son ecosistemas saludables, los tiburones son especies sombrilla, si los cuidamos, por ende vamos a cuidar otras especies”, destacó el biólogo.
Además piden al Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) y al gobierno que se hagan cierres de zonas específicas, en fechas ya determinadas en las que hay más tiburones martillo en la zona.
Piden además que se regulen el arte de pesca con malla, la cual no es permitida en la zona, sin embargo en un recorrido realizado por DIARIO EXTRA se pudo comprobar el uso de esta técnica, la cual al atrapar al tiburón martillo, y al ser este tan pequeño, queda pegado y tras 10 minutos muere, debido a que necesita nadar constantemente para que circule agua por las branquias.
“Los pescadores no viven del tiburón martillo, ellos viven del pargo de la corvina, lo que pasa es que el tiburón está llegando sin querer, entonces la idea es que no pesquen en las fechas o zonas que hay más tiburones martillo, o que se prohíban artes de pesca que son muy malas acá, por ejemplo en la zona no se debería permitir como zona de pesca con mallas”, apuntó López.
RECLAMO
El biólogo alegó que necesitan más ayuda por parte de las instituciones para continuar con la labor de conservacionista que realizan en la Zona Sur.
“No hay patrullaje, pero pasa lo mismo en la Isla del Coco, el reclamo es al gobierno y a Guardacostas, hacen falta muchos estudios, este trabajo que nosotros hacemos debieron hacerlo hace 30 años biólogos de Incopesca que son los encargados de manejar los recursos pesqueros, es ahuevado porque los recursos se están yendo”, destacó López.
El experto señaló que pese a ello, se sienten dichosos, porque al final son ellos quienes pueden tener el contacto con el tiburón martillo y realizar los estudios que son de interés nacional e internacional.
MARVIVA APOYÓ PROYECTO
Durante aproximadamente un año y medio, Fundación MarViva apoyó el proyecto de Misión Tiburón, lo que les permitió ampliar la red mediante la donación de recursos para la instalación de receptores.
“MarViva está finalizando un proyecto que se llama Bid Golfos, este proyecto lo que busca es un manejo responsable de los recursos marinos y un ordenamiento, en el Golfo de Nicoya y Pacífico Sur.
Dentro de este gran marco se apoyó la investigación de Misión Tiburón en el Golfo Dulce con el fin de poder aumentar la red que originalmente era de 3 receptores en esa área a 17 e implantar marcas acústicas para poder conocer los hábitats de esta especie, y generar pautas de manejo para poder recuperar de la sobrepesca”, apuntó Erick Ross, biólogo marino de MarViva.
Según Ross, el proyecto les permitió conocer mejor cuáles son los hábitos del tiburón martillo y determinar los meses en los que las madres llegan al Golfo Dulce a tener a sus crías; además comprobar la conexión entre esa zona y un sitio cercano a la Isla del Coco. “El apoyo del monitoreo es enfocado hacia tiburones y rayas, el tiburón martillo es una especie emblemática, es por eso que se le busca poner el equipo más caro que son los marcajes acústicos”, contó el experto.
MEDIDAS
El objetivo para MarViva, aseguran, es que se puedan tomar medidas de manejo para reducir la pesca dirigida al tiburón martillo, el proyecto les ha permitido fortalecer el plan de ordenamiento pesquero del Golfo Dulce. “Algunos de los elementos que se han logrado cambiar son: el calibre grosor de línea de pesca de fondo se redujo para que un tiburón juvenil lo pudiera romper, entonces se liberara y tuviera mayor posibilidades de sobrevivir”. De acuerdo con Ross, existe la intención de los pescadores locales para dejar el trasmallo, por lo que pidieron a las autoridades un arte sustitutivo, para ello MarViva aportó un estudio con expertos mexicanos, que realizaron pruebas con una red llamada suripera.
“Incopesca se opuso durante muchos años a que estas pruebas se hicieran, después de años de pelea permitieron la investigación por un año y nuevamente la detuvieron y no están permitiendo para que el pescador artesanal pruebe esta red, y así deje de usar el trasmallo, no se entiende por qué se opone a una opción que sea beneficiosa para los recursos”, detalló el biólogo marino.
La Sala Cuarta prohibió la pesca de arrastre por considerarla industrial y en apariencia la suripera entraría en esa categoría, razón por la cual no tendría el aval de las autoridades.
Pese a todo ello, Ross destacó que los resultados de la investigación en cuanto al tiburón martillo les han permitido determinar que aún les queda mucho por hacer, con muchos temas de conservación, con el tiburón martillo, de la mano con las comunidades que están deseosas de colaborar.
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CRÉDITOS: Fotos: Mauricio Aguilar
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Sábado 30 Abril, 2016
HORA: 12:00 AM
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