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Opinión

¿Quién va a evitar el caos vial en la capital?

Alfonso Durán Forn

Señores

Lic. Luis Guillermo Solís Rivera. Presidente de la República

Lic. Carlos Segnini Villalobos. Ministro de Obras Públicas y Transportes

Comisario Mario Calderón Cornejo / Lic. Director General de Tránsito

 

Para nadie es un secreto que para Costa Rica la historia de las carreteras y su construcción constituyen una verdadera vergüenza y tragedia, por lo cual todos los días los costarricenses verdaderamente sufrimos en una u otra forma. No hablemos de “La Platina”.

 

Mi pregunta vehemente hacia nuestros “jerarcas” arriba anotados es la siguiente:

 

¿Qué planean hacer cuando se inicien las clases la próxima semana y San José colapse debido a la inoperancia de la Dirección de Tránsito y el nulo interés que ha habido para resolver dicho problema?

 

Me adelanto a la respuesta que van a darme: “Hay un exceso de vehículos y hay muy pocos inspectores de tránsito para regular el tránsito vehicular”.

 

Estoy plenamente de acuerdo, pero esa es solo parte de la respuesta para la cual no veo solución a corto plazo, a menos que se mejoren los salarios y la preparación de los inspectores de tránsito.

 

Pero existen soluciones mucho menos costosas y ante todo simples de realizar, siempre y cuando las pocas autoridades con las que disponemos se den a respetar, con mano firme (no con violencia) y sin contemplaciones:

 

1. Las calles del centro de San José se han convertido en parqueos públicos gratis por el motivo ya bien conocido de que los inspectores no pueden hacer partes a vehículos parqueados en línea amarilla si no están presentes los conductores. La avenida 10 es un ejemplo lamentable: completamente colapsada por vehículos a ambos lados. Desde luego, los inspectores brillan por su ausencia.

 

2. Los autobuses y taxis se “atraviesan” en cualquier sitio, incluso crítico. Ej. la calle 12, en la cual convergen 3 vías de sur a norte hacia la Iglesia La Merced. Recientemente observé 2 autobuses parqueados en la esquina sur de esa iglesia, pero sin sus choferes, los cuales estaban “tomando café” en una soda. Y por supuesto, el congestionamiento vial llegaba hasta Barrio Cristo Rey. Cuesta creerlo, pero es cierto. Los autobuses de Tuasa en su terminal igualmente obstaculizan la calle 12 permanentemente junto con los taxistas que se parquean en la entrada de la misma. Es realmente un verdadero caos. Vayamos más allá, mucho más grave. Han fallecido seres humanos, trasladados en condición grave en ambulancias desde el sector sur de la capital, ya que estas no han podido llegar a los hospitales de su destino a tiempo por esa calle completamente colapsada, al igual que la avenida 8.

 

3. La calle 8 igualmente es un caos. Resulta que los autobuses bloquean constantemente las avenidas 10 y 12, empeorando el colapso de las mismas, y algunos de los choferes incluso se ríen de los afectados. Desde luego, no hay inspectores que observen y sancionen dicha falta. Es urgente que los choferes de buses reciban “educación general y vial” para ver si aprenden a respetar las señales de tránsito.

 

4. ¿Qué se ha hecho para evitar la congestión vial que se origina en la terminal de los buses de Puntarenas? Absolutamente nada.

 

5. El comisario Calderón argumenta que faltan inspectores. En la capital en los últimos años casi nunca se les ve. Y si aparece alguno es para hacerle un parte al que tiene restricción vehicular y no para tratar de resolver las presas. ¿Qué será más importante?

 

6. Las vías más afectadas son las avenidas 8, 10 y 12, y sorprendentemente la de mayor tránsito, la avenida 2, así como las calles 8, 12, 14 y 5, estas últimas provenientes de la zona sur de la capital. Pero es inaudito y sorprendente que en las avenidas 2, 8, 10 y 12 todos los semáforos están descoordinados, empeorando el caos vial. Esto es una locura. La calle 7, cuya vía es de norte a sur, está siempre colapsada y esto colapsa aún más la avenida 2. ¿Qué ocurrió con los semáforos “inteligentes” regulados por control remoto mediante cámaras? De la misma forma, el colapso circulatorio permanente en la vía Zapote-Curridabat frente al Registro de la Propiedad se debe a la descoordinación de los semáforos.

 

7. Ojalá las autoridades de Tránsito realmente cumplieran con su labor, pero citando solo un ejemplo, entre otros muchos, es impresionante el colapso que ocasionan los taxistas que se parquean frente a la iglesia católica de San Pedro, justamente donde hay un rótulo que indica que esa parada es exclusiva para buses. Esto obliga a los choferes de los buses de la ruta Periférica a parar en media calle, incomodando a los usuarios y bloqueando esa vía tan importante de salida de la Universidad de Costa Rica. 8. Qué satisfactorio sería el hecho de que los taxistas se parquearan adecuadamente donde les corresponde, si condujeran prudentemente, respetando todas las leyes y señales de tránsito, si evitaran fumar y utilizar sus celulares al conducir, si vistieran ojalá con un uniforme elegante y ofrecieran a sus clientes un trato decente, amable y cortés, como ocurre en otros países del mundo civilizado. Esto sería realmente maravilloso y productivo, tanto para los taxistas como para sus clientes. Por eso, desde luego, Uber realmente intimida.

 

9. Considero temerario algo que observo todos los días: choferes de autobuses conversando por sus celulares mientras conducen. No me explico cómo los pasajeros permiten un acto tan grave que pone en peligro su vida. Esto se aplica para todos los conductores.

 

10. Con respecto a las innumerables imprudencias de la mayoría de los motociclistas, prefiero no referirme a ellas. Los números hablan por sí solos. Creo que constituyen una especie en “vías de extinción”. De la misma forma, los individuos que transitan en patinetas y patines por las calles de toda la ciudad sin restricciones. ¡Sorprendente!

 

Por el amor de Dios, señores, mi abuelita materna, quien no fue a la escuela, diría claramente que el colapso pavoroso de la capital se puede resolver con sentido común, con educación y por supuesto con respeto a las leyes y a las autoridades. Igualmente no se necesitan miles de inspectores para resolver estos problemas sino unos pocos que se den a respetar y actúen con sentido común, firmeza, educación, honestidad, respeto y autoridad. 

 

12. Por favor, luchemos por salvar a Costa Rica del caos y la violencia: insisto: ¡sí se puede! con la colaboración de todos. Dios y la Virgencita de los Ángeles iluminen a nuestros jerarcas del gobierno actual.

 

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Sábado 06 Febrero, 2016

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