Jueves 18, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Espectáculos

Nicaragua y Costa Rica y sus poetas

En el centenario de Rubén Darío

Hoy, 6 de febrero del 2016, se cumplen 100 años del tránsito hacia la inmortalidad del poeta Rubén Darío. Independientemente de que si en vísperas de su muerte se eclipsó el sol, como lo confirmaron científicos de los Estados Unidos (EE.UU.) y si el coloso Momotombo retumbó estruendosamente, según los vecinos del volcán, lo cierto es que en toda la América española que "aún reza a Jesucristo y habla en español" y en España, hubo tremenda conmoción, ya que había desaparecido entre los vivos el renovador del idioma español y príncipe de las letras castellanas. Darío fue el principal impulsor y difusor del Modernismo tanto en América como en España. Una escuela literaria innovadora que rechaza lo vulgar así como los viejos moldes retóricos que mantenían al español anquilosado y propugnaba por atender sobre todo el ritmo y la musicalidad.

 

Rubén Darío nació en Nicaragua, en la humilde aldea de Metapa, hoy Ciudad Darío el 18 de enero de 1867. Por circunstancias familiares tuvo que trasladarse muy niño aún a la ciudad metropolitana de León donde fue adoptado por sus abuelos, el coronel García Sarmiento y Doña Bernarda, a quienes consideró siempre como sus verdaderos padres hasta su muerte. Desde muy temprano demostró tener una inteligencia precoz y se asegura que a los tres años ya sabía leer y escribir de corrido y a los 14 años ya había escrito su primer libro de poemas, por lo que pasó a ser nacionalmente conocido como el poeta- niño.

 

El poeta, en su vasto peregrinar recorrió casi todos los países de América Hispana y de Europa Occidental y mantuvo relación personal o epistolar con los más destacados escritores de su tiempo. En Europa con Emilio Castelar, Ramón del Valle Inclán, Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez, los hermanos Manuel y Antonio Machado, Juan Valera, Jacinto Benavente, Francisco Villaespesa, Salvador Rueda, Ramón de Campoamor, Paul Verlaine y Jean Moreas, entre otros y en América Latina con Leopoldo Lugones, Vargas Vila, Amado Ñervo, José Enrique Rodó, Pedro Henríquez Ureña, Guillermo Valencia, Rafael Núñez, José Martí, Eloy Alfaro, Ricardo Palma, Rufino Blanco Fonbona, Pedro Balmaceda Toro, Aquileo J. Echeverría, Froilán Turcios, Juan Ramón Molina, Enrique Gómez Carrillo, Máximo Soto Hall y Julián del Casal.

 

Las obras más conocidas de Rubén Darío son: Azul, Abrojos, Los Raros, Cantos de Vida y Esperanza, Muy Siglo XVIII, Prosas Profanas, España Contemporánea, Canto Errante y Los Cisnes y otros poemas. Entre los poemas más populares, destacamos: La Marcha Triunfal, Coloquio de los Centauros, Los Motivos del Lobo, Sonatina, A Colón, Oda a Roosevelt, Canto de Vida y Esperanza, Canción de Otoño en Primavera, Canto a la Argentina y Lo Fatal.

 

Mujeres en la vida de Rubén Darío: A pesar de la proverbial timidez del poeta en relación con las mujeres, a las que dedicó muchos de sus mejores versos, tuvo tres grandes amores: se casó con Rafaela Contreras el 21 de junio de 1889, hija de Doña Manuela Cañas vda. de Contreras, perteneciente a una distinguida familia costarricense. Al fallecer ésta el 26 de enero de 1893 se volvió a casar con Rosario Murillo el 8 de marzo de ese mismo año, pero con quien compartió sus penas y glorias fue con Francisca Sánchez, la española, con quien tuvo cuatro hijos algunos malogrados tempranamente. Hubo otros amoríos fugaces que no arraigaron probablemente por el intenso peregrinar del poeta.

 

La muerte de Rubén Darío se produjo como consecuencia de una cirrosis atrófica en la ciudad de León, Nicaragua, a las 10:15 de la noche de la fecha anteriormente señalada, tenía 49 años recién cumplidos. Sus funerales duraron nueve días y solo en el primer día se recibieron 1.500 mensajes de todo el mundo, entre los cuales había jefes de Estado, cancilleres, reyes y príncipes europeos, que patentizaron su dolor al pueblo y gobierno de Nicaragua por la sensible pérdida. El gobierno decretó varios días de duelo nacional y se le tributaron honores de Ministro de Estado. El obispo de León, monseñor Pereira y Castellón, acordó solemnemente que se le otorgaran funerales de príncipe y ordenó que sus restos mortales descansaran por siempre en la Catedral Metropolitana bajo la estatua del apóstol San Pablo, donde aún se encuentran. Los más destacados poetas y escritores del mundo hispánico exaltaron el valor inconmensurable de su magna obra dedicándole lo mejor de su inspiración, como su amigo, Antonio Machado, quien pletórico de profundo pesar escribió:

 

Rubén Darío ha muerto 

en sus tierras de oro.

Ésta nueva nos vino 

atravesando el mar.

Pongamos, españoles, 

en un severo mármol,

su nombre, flauta y lira, 

y una inscripción no más:

Nadie ésta lira pulse, 

si no es el mismo Apolo,

Nadie ésta flauta suene, 

si no es el mismo Pan.

 

RUBÉN DARÍO EN COSTA RICA. ANÉCDOTAS. DÓNDE TRABAJÓ. LA COSECHA EN OBRAS LITERARIAS. QUÉ PENSABA DE COSTA RICA

 

Rubén Darío permaneció en Costa Rica 10 meses desde el 15 de agosto de 1891 hasta el 11 de mayo de 1892. Trabajó como redactor en los tres principales diarios de aquella época: en La Prensa Ubre, desde el 3 de setiembre al 10 de noviembre de 1891; Diario Del Comercio desde el 1 de diciembre de 1891 hasta el 1 de marzo de 1892 y en El Heraldo de Costa Rica desde el 16 de marzo al 9 de mayo de 1892. Además colaboró con La República, El Partido Constitucional, Costa Rica Ilustrada y La Revista de Costa Rica.

Durante su estadía en el país produjo entre poemas, cuentos, etc., varios centenares de escritos, siendo los más conocidos: Bronce al Soldado Juan, Tutecotzimi, Los Centauros, Sor Filomena y El Clavicordio de la Abuela.

Como maestro del idioma, reconocía únicamente a tres o cuatro poetas de valía, en su tiempo, en Costa Rica, a quienes consideraba sus amigos: Pío Víquez, Justo A. Facio, Luis R. Flores y Aquileo J. Echeverría.

 

PRESO EN COSTA RICA

 

Fue en Cartago, el 1 de mayo de 1892. El poeta después de ofrecerle su obligado tributo a Baco en compañía de varios amigos periodistas, regresó a la casa donde se hospedaba, solo y a medianoche. Como no andaba llave para abrir y entrar, procedió a lanzar piedritas al techo del inmueble con tan mala suerte que pasó un policía, quien se lo llevó preso sin saber quién era, creyendo que estaba escandalizando. Al amanecer fue puesto en libertad, después de recibir la correspondiente disculpa.

 

AMIGO ENTRAÑABLE
DEL POETA ECHEVERRÍA

 

Con Aquileo tuvo la más estrecha amistad y se recuerda la escueta felicitación, que le mandó el costarricense a Darío con motivo de la publicación de una de sus obras (4 de febrero de 1890). "Rubén, aprieta ésta mano". Darío hizo el prólogo a su libro Concherías.

 

DARÍO Y LA DAMA IMPROVISADORA

 

Al despedirse en Heredia de la madre del poeta Luis R. Flores, lamentó no haber escuchado algún poema de ella, por lo que la señora que se llamaba Victoria le respondió: Usted se llama Rubén/ y yo me llamo Victoria/ ¡Que le vaya a Usted muy bien!/ Con sus ensueños de gloria. 

 

GRAN
IMPROVISADOR

 

Como muchos saben, el poeta era un gran improvisador. Casi al anochecer se encontró en una barriada de San José con un borrachito que también se las daba de ser poeta, por lo que al saludarlo éste le dijo:" ¿De dónde vienes y adónde vas?/ ¿Cómo te llamas y cómo estás? A lo que Rubén Darío respondió: "De arriba vengo/ y abajo voy/ Rubén me llamo/ y muy bien estoy".

 

LO QUE PENSABA
DARÍO SOBRE COSTA RICA

 

• En lo intelectual posee más sabia que flores. 

Es un terreno en donde los poetas se dan mal.

• Lo que sí tiene Costa Rica en grado superior al de cualquiera de las Repúblicas Centroamericanas en un buen número de prosistas que brillan principalmente en lo que se relaciona a las ciencias político-sociales.

• Costa Rica es el país que en el mundo, relativamente a su población, tiene más mujeres bellas.

• Y en el Gobierno, gente buena, gente de lo mejor. Uno que otro topo, pero honrado. 

Eso pienso yo de Costa Rica.

 

PERIODISTA: Wilfredo Montalván*

CRÉDITOS: *El autor de este trabajo es periodista nicaragüense. / **Para la elaboración de esta reseña sobre Rubén Darío se han consultado los siguientes libros: La Dramática Vida de Rubén Darío de Edelberto Torres Espinoza; Rubén Darío en Costa Rica de Alejandro Montiel Arguello; Intermezzo en Costa Rica de

EMAIL:

Sábado 06 Febrero, 2016

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA