La desesperación para que no les encontraran un teléfono celular llevó a dos mujeres del centro penal El Buen Pastor a meterse los aparatos en la vagina, con la intención de que no se los encontraran en una revisión de rutina.
Después de que los oficiales detectaran actitudes sospechosas en las privadas de libertad las trasladaron a la Clínica Marcial Fallas de Desamparados, donde lograron extraer los celulares.
Los oficiales encontraron seis aparatos más durante la revisión. Tras esta acción, los oficiales de la Policía Penitenciaria piden más tecnología y aseguran que hacen su mejor esfuerzo.
“Las limitaciones nuestras son tecnológicas, tenemos pocos detectores de metales que a veces funcionan o no. Al final todo es parte de lo que ocurre porque tenemos un sistema colapsado, superpoblado, con personas que no quieren ajustarse a los procedimientos”, aseguró Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria.
Según Bertozzi, acciones como las de las reclusas que escondían celulares en la vagina se detectan porque los policías reciben informaciones, además han aprendido a detectar posiciones y características en las privadas de libertad, por lo que trabajan bajo un sistema de descarte.