La ciudad del amor hoy llora
Adid Soto Araya / [email protected]
El pasado viernes 13, la hermosa ciudad de París, la cual ha sido espectadora de grandes sucesos históricos, vuelve a sufrir una cruenta situación que mancha nuevamente sus calles y la hace recordar las miles de personas que han sufrido por aquellos individuos que no tuvieron una pizca de talento, voluntad o deseo de generar cambios positivos para la humanidad.
La Ciudad de las Luces volvió a presenciar un negro momento, que ha generado decenas de heridos y un gran número de muertos, todo esto bajo las manos del terrorismo, quien aprovechó la algarabía que se vivía por un partido de fútbol para perpetrar esta triste escena y enviar un mensaje de terror al mundo.
Uno que demuestra a vivas luces la intención de sus perpetradores por sacrificar inocentes para hacerse oír, sentir; este flagelo vil viene estrechamente tomado de la mano de un sinnúmero de sucios partidarios, quienes aprovechan sus contactos para abastecer de armas a todos aquellos que desean e intentan arrodillar al mundo.
Los galos fueron las víctimas de hoy, siendo quienes pusieron los cuerpos para orquestar esta afinada maquinaria llamada terrorismo, una máquina que se codea con el narcotráfico, con el tráfico ilegal de armas y el mercado negro, hoy es el día de tomar conciencia, analizar ésta angustiante situación, y pensar que rumbo toma nuestro pequeño país.
Muchos dirán que son escenarios distintos, una dicotomía de panoramas entre el narcotráfico y el terrorismo, sin embargo, no es así, tanto los terroristas como los narcotraficantes toman la vida de cientos en sus manos sin tomar en consideración la cantidad de sangre que se derrame por sus acciones.
Costa Rica requiere enfrentar con mano firme el narcotráfico para evitar que se continúen leyendo noticias de ajusticiamientos o cobro de cuentas por parte de este grupo de individuos, aún estamos a tiempo para evitar un incremento en las muertes por quienes pretender ser superiores y oscurecen el cielo de plomo, temor y desesperación.
No es posible que sigamos permitiendo esto, es injusto para las familias temer por sus vidas, o la de sus hijos. Aún podemos frenar esta maraña de maldad, la cual envuelve a miles de inocentes y donde se nos es permito bifurcar el ilusorio poder que conllevan esas ilegales acciones con la triste realidad que trae a quienes toman ese camino.
Concientizando la gran zozobra que viene adherida a todos aquellos que deciden caminar dicha senda, recordando que no somos quien para decir quién vive o muere. Por ello, comparto el sufrir de los franceses en su fría noche parisina y me causa aflicción el ver cómo mi amado país cada día se tiñe de esa sepia que envolvió a una Colombia en los años de terror de Pablo Escobar.
Fuerza Francia, y fuerza Costa Rica, que la historia es de aquellos que desean escribirla y cambiar el destino de sus vidas, sacudiendo fuertemente una triste realidad para generar un impulso capaz de mover a toda una nación y demostrarle al mundo que unidos se puede salir adelante.
