Conmemoración del Día Internacional de la Violencia contra las Mujeres
Alejandra Mora Mora*
En esta fecha conmemoramos y recordamos a todas aquellas mujeres que han sufrido y sufren cualquier tipo de violencia, y recordamos nuestra responsabilidad colectiva por erradicar todo tipo de manifestación que afecte la integridad de ellas y sus familias.
La violencia contra las mujeres involucra tanto la violencia física, sexual, psicológica y patrimonial que ocurre contra las mujeres, la que puede ser ejercida por los particulares, en su mayoría hombres y por el Estado de forma activa o por omisión, al no accionar todas sus potestades para la prevención, investigación y sanción. La violencia puede llegar hasta la forma extrema de quitar la vida a las mujeres, lo que se conoce como femicidio.
Para enfrentar la violencia machista contra las mujeres necesitamos hablar de igualdad de género porque existe una realidad de discriminaciones, segmentaciones o segregaciones sociales que afectan de manera diferenciada a las mujeres y que constituye la base donde se sienta la violencia. La enumeración de las discriminaciones contempla la pobreza que afecta en mayor medida a las mujeres, las restricciones en el uso de los recursos productivos y control de bienes, en el acceso al trabajo, a la salud sexual y al control de la maternidad como un proyecto de vida, a la participación en la toma de decisiones y a las desigualdades en el ejercicio de los derechos en el seno de las familias.
La violencia se ha instalado por años y parece naturalizada, por lo que tenemos -como sociedad- que continuar haciendo esfuerzos por enfrentarla. Más allá de los logros en términos de la producción de leyes y arquitectura institucional, hoy debemos volver nuestra mirada hacia el cambio cultural, a romper la existencia de este orden patriarcal, al cambio de roles y conductas estereotipadas que perpetúan la desigualdad y la violencia contra las mujeres.
Desde el Instituto Nacional de la Mujeres como ente rector de la Política contra la Violencia hacia las Mujeres hemos construido los siguientes retos y aspiraciones que deben ser asumidos por la sociedad en su conjunto y que me permito compartir:
Que se visualicen y desnaturalicen las múltiples manifestaciones de la violencia que incluya tanto la violencia que ejerce la pareja o expareja, el acoso sexual en el ámbito laboral y educativo, las violencias sexuales contra las niñas, la violencia simbólica y todas las violencias machistas.
Que para la erradicación y eliminación de la impunidad se asignen recursos económicos que den sostenibilidad a las acciones, donde se priorice la asistencia y reparación de todas las mujeres en situación de violencia.
Que se facilite la protección efectiva de las afectadas y se fortalezcan las acciones en favor de su recuperación vital, económica y social, así como la de sus hijos e hijas.
Que se asigne la mayor importancia a la prevención de las violencias machistas, con acciones dirigidas al cambio cultural, masculinidades positivas y empoderamiento de las mujeres como estrategia contra las violencias machistas.
Que los medios de comunicación asuman un compromiso con su rol como instancia de socialización hacia la prevención de la violencia machista contra las mujeres, con un tratamiento adecuado de las diferentes violencias machistas, visibilizándolas, evitando el sensacionalismo y utilizando un lenguaje y unas imágenes no sexistas.
Que se posicione la violencia como una decisión, y la posibilidad y responsabilidad por parte de los perpetradores de la violencia de cambiar hacia formas positivas e igualitarias de relacionamiento con las mujeres.
Finalmente, un llamado especial a la sociedad en su conjunto para que desnaturalice, denuncie y reproche las violencias contra las mujeres.
*Ministra de la Condición de la Mujer
Presidenta Ejecutiva del Inamu
