Como país nos queda mucho por hacer
Editorial
Durante toda esta semana en diferentes partes del país se han realizado marchas, actividades, conversatorios y reuniones en torno al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, esto con el propósito de crear consciencia entre todos los costarricenses para que las agresiones en los hogares y centros de trabajo dejen de existir.
Con este mismo propósito es que ahora durante los partidos de la Sele, además del marcador de ambos equipos, se registra otro donde se van sumando las llamadas al 911 por violencia doméstica con el afán de reflejar las agresiones que se dan durante los partidos y que todos tengamos claro que la emoción del fútbol no puede llegar a tales extremos.
Sin embargo luego de enterarse de un nuevo caso en que una mujer murió en manos de su cónyuge, se encienden de nuevo las luces de alerta para darnos cuenta que el país necesita fortalecer sus programas de prevención y protección de las mujeres víctimas de violencia.
El caso de esta fémina es uno de los muchos que se presentan en el año, pues durante este periodo se reportan entre 30 y 40 situaciones de violencia donde se termina lamentando la muerte de una madre, tía, hermana, abuela e hija de alguna familia costarricense, la cual se pregunta por qué no se pudo actuar a tiempo.
En los últimos años estas cifras se han disparado, por ello es necesario hacernos el propósito de poner nuestro granito de arena para que estas lamentables situaciones no se sigan repitiendo en nuestras comunidades.
Sin duda en nuestro país queda mucho por hacer, pues la violencia y el hostigamiento no solo se da en los hogares pues ya llegó a los centros de estudio, espacios laborales, la calle y hasta en los servicios de salud durante el embarazo y el parto.
Se debe recordar que las agresiones no son solo físicas, hay otras peores que lastiman y no dejan marca visible por lo que las personas que las rodean no pueden darse cuenta de lo que están padeciendo.
Algunos piensan que la violencia hacia las mujeres implica solamente golpes, patadas, arañazos y puñetazos, sin embargo existen además los toqueteos impropios, los abusos sexuales y hasta las palabras hirientes a las que son expuestas las féminas.
Es momento de que todas las instituciones que tengan relación con el tema de la mujer trabajen en conjunto con el propósito de posicionarlo en la agenda legislativa y más que todo en la agenda país, para que se revisen las penas que se están aplicando para quienes cometen estos actos atroces.
El realizar estas marchas y actividades son actos muy loables que de alguna manera contribuye a crear conciencia sobre el tema entre la población, sin embargo son cada vez más los casos que se presentan y cada vez también con mayor atrocidad.
El asunto no es solo manifestarse, la población también se debe poner la mano en el corazón y denunciar cuando ve este tipo de situaciones, porque si no damos aviso a las autoridades nos estamos convirtiendo en cómplices de las agresiones y quizá más tarde tengamos que arrepentirnos de no haberlo hecho a tiempo.
Esperemos que las promesas que se hicieron este 25 de noviembre no queden solo en eso y que la marchas que se hicieron para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres sirvan para despertar inquietud en los diputados para crear legislación que proteja a las mujeres de los hombres agresores, quienes se aprovechan de la vulnerabilidad e indefensión de sus compañeras de vida.
