El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) se queda corto cuando se trata de atender a niñas y adolescentes en estado de embarazo.
Un informe presentado ayer sobre la situación de las niñas y adolescentes en Costa Rica por el Proyecto Mesoamérica reveló que existen “desbalances entre la importancia de las denuncias” interpuestas por abusos a esta población y la atención integral de dichas denuncias.
Otro aspecto que señala el informe es que la atención del PANI es “poco efectiva”, debido a la cantidad de personal con que cuenta la entidad.
Enna Céspedes, directora del programa Adolescente Madre del PANI, aseguró que efectivamente en las oficinas locales del ente rector en niñez falta personal, pero la responsabilidad es compartida.
“Este es un asunto que no solo atañe al PANI sino que le compete a toda la sociedad. Hay madres de familia que no denuncian a los abusadores porque son los padrastros y son los que llevan el sustento al hogar. Los embarazos en adolescentes se generan como consecuencia, muchas veces, de situaciones de abuso que llevan años”, explicó.
Otro aspecto mencionado por Céspedes y con el que coincide el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) es que se debe limitar a 18 años la edad para contraer matrimonio y revocar el mínimo de 15 años vigente en la ley actual.
“Se tienen que desnaturalizar también las relaciones entre niñas o adolescentes y hombres adultos. Para el amor sí hay edad porque cuando hay una relación de este tipo, lo que tenemos en realidad es una relación de abuso y poder”, agregó Céspedes.
El informe señaló además que las medidas para reinsertar a las adolescentes madres a las aulas no están funcionando y muchas de ellas no conocen las ofertas que ponen a su disposición las instituciones gubernamentales para atenderlas.
Con respecto al tema, Céspedes dijo que el PANI realiza talleres y otorga becas a 1.200 madres adolescentes en todo el país.
