Santiago de Chile (EFE).- El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, anunció distintas medidas para intensificar la lucha contra la pesca ilegal, a su parecer, un negocio ilícito "comparable con el narcotráfico y el tráfico ilegal de armas".
"Vamos a implementar instrumentos y medidas para que los barcos que están pescando ilegalmente no puedan atracar en nuestros puertos", dijo el jefe de la diplomacia chilena durante la Conferencia Nuestro Océano 2015, que se celebra hoy y mañana en la ciudad de Valparaíso y a la que asisten personalidades como el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el príncipe Alberto II de Mónaco.
El decreto que integra las medidas para frenar la pesca ilegal, suscrito hoy por distintas autoridades del país austral, refuerza el combate de un negocio ilícito, comparable según Muñoz, al "narcotráfico y al tráfico ilegal de armas".
"Se estima que la pesca ilegal genera un negocio de entre 10.000 y 20.000 millones de dólares al año", explicó Muñoz, quien agregó que negar el acceso a los puertos puede ser una medida efectiva para evitar que los que llevan a cabo esta actividad ilícita puedan exportar sus productos.
Esta medida se suma a la adhesión de Chile el pasado junio al Acuerdo de Nueva York de Naciones Unidas de 1995 sobre Poblaciones de Peces Transzonales y Poblaciones de Peces Altamente Migratorias y está en línea con el planteamiento del país austral de reconocer los principios que fundamentan el nuevo derecho internacional del mar.
"Esa firma nos va a permitir fiscalizar incluso más allá de 200 millas en alta mar y velar por la protección de especies altamente migratorias, como el pez espada", sostuvo el canciller.
Muñoz explicó que el aumento de la pesca ilegal va de la mano del incremento sustancial de la demanda de los productos de mar, pues en los últimos 55 años el consumo se ha duplicado y ha alcanzado los 20 kilos por persona al año.
En el marco de la conferencia, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció la creación de áreas marinas protegidas en los archipiélagos de Isla de Pascua y Juan Fernández, con las que su gobierno espera contribuir a la conservación de la rica biodiversidad marina en esa amplia zona del Pacífico.
El mérito de esta reunión de alto nivel, que reúne a unas 400 personalidades del ámbito político, académico y empresarial, es traer a la mesa los "compromisos que voluntariamente han decido tomar los países" y que luego serán evaluados por distintas instituciones.
"La comunidad internacional va a pedir rendición de cuentas para saber si los países cumplieron o no lo que prometieron", aseveró Muñoz al ser preguntado por la posibilidad de que los acuerdos en materia de protección de los océanos sean tratados en una conferencia global de carácter vinculante.
Para el canciller, este tipo de citas son un complemento mucho más pragmático y no reemplazan acuerdos multilaterales como la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Nueva York en septiembre pasado.
"Creemos que estas reuniones pueden ser un buen ejemplo a seguir, porque si algunos países de manera voluntaria hacen estos gestos y avances, puede que otros se sientan impulsados a hacer algo semejante", sentenció.
