Por segunda vez en su gestión, el presidente Luis Guillermo Solís saca pecho por un ministro de la Presidencia cuestionado y descalificado por el sector sobre el cual gira la mayor parte del trabajo de ese jerarca: los diputados.
Ahora defiende al abogado Sergio Alfaro, como lo hizo con el obispo luterano Melvin Jiménez, a quien finalmente no tuvo más margen de acción y tras un gran desgaste político, destituyó.
Como informó DIARIO EXTRA, los legisladores han apodado a Alfaro como el “Ministro fantasma”, dejando en evidencia las constantes ausencias del jerarca en el Congreso, donde los parlamentarios claman por verlo negociando y dialogando, sobre todo en un proceso de discusión de proyectos fiscales.
Pero los dardos contra el Ministro de la Presidencia ya subieron de tono, al preguntar a los diputados un criterio sobre la labor de Alfaro, rápidamente despotrican contra él, con argumentos claros como que hasta concertar una conversación vía telefónica es casi misión imposible, o que su gestión es peor que la de Melvin Jiménez.
Para Luis Guillermo Solís los reproches no son fundamentados y defiende el trabajo del Ministro. “He de decir que don Sergio tiene toda mi confianza, es el Ministro de la Presidencia, es el Ministro que esos mismos diputados han de reconocer logró junto con ellos uno de los periodos de sesiones extraordinarias más productivos de los últimos años”, sostuvo el mandatario.
Con el sostén del jefe de Estado, el titular se atreve a señalar que “la relación con la Asamblea Legislativa es buena, ya lo dijo el Presidente de la República: seis proyectos de ley en primer debate, casi 40 que avanzaron durante la sesiones extraordinarias en 1 mes, gracias a la buena relación tenemos resultados; esperamos se reproduzcan ahora que viene el presupuesto nacional”.
Alfaro sólo indicó que conversaría con algunos legisladores que se refirieron en forma negativa a su trabajo.
