Estimado señor Presidente de la República
Freddy Mauricio Montero M.*
Estimado señor, la reciente desestimación que el Ministerio Público hizo de sus denuncias de corrupción e irresponsabilidad de los funcionarios públicos y autoridades políticas de la administración anterior no deja de generarme un enorme sinsabor. Creo que las cosas por parte suya y de su gabinete pudieron haberse desarrollado más objetivas, en vez de levantar una “cacería de brujas” sin criterio técnico o fáctico real.
Muchos de nosotros vimos desde la barrera la cacería iniciada con aquellas denuncias, muchos funcionarios públicos honestos que habían trabajado lealmente a favor de autoridades políticas antecesoras a la suya fueron arrinconados, mandados al baúl de los recuerdos; perdiendo así usted y el país la oportunidad de aprovechar la experiencia valiosa de estos servidores públicos.
Usted mismo, señor Presidente, le sirvió al Estado en la administración de don José María Figueres Olsen, y al igual que usted, muchas otras personas sumamente valiosas, honestas y éticas han dado su vida y experiencia por este país; y el haberle servido al país a través de un llamado “partido tradicional” no fue demeritorio de su gestión profesional e intelectual a favor de Costa Rica.
Deseo también señalarle mi asombro cuando vi el ascenso de personas a altos cargos públicos en su administración sin estudios universitarios, o con estudios superiores no concluidos, lo cual fue una total sorpresa para la sociedad nacional.
No se trata para nada de desestimar el saber empírico de las personas, pero lo cierto del caso, señor Presidente, es que usted mismo lo dijo, “con Costa Rica no se juega”, y nuestro país no es un tubo de ensayo para probar experimentos de los cuales no sabremos qué resultados saldrán.
Siendo usted académico, y sabiendo la importancia que posee la educación formal en un país como el nuestro, ¿cómo cree usted que la ciudadanía puede entender el ascenso al poder de personas sin títulos de educación formal?
Y a todo lo anterior, señor Presidente, se suman además las malas señales que su administración ha enviado a la inversión privada, lo cual no deja de preocuparme a la misma vez que veo el desempleo en ascenso y los homicidios en aumento.
Ante este contexto, señor Presidente, es hora de dejar de lado las teorías y los deseos de experimentar cambios sociales ideológicos, y en su lugar enfocarse en la creación de empleos y en la expansión de las oportunidades para todos y todas. Para hacer eso usted no ocupa ideologías ni enfrentamientos con la prensa, solo se ocupa voluntad y el deseo de ver y entender la realidad que nos circunda, la realidad costarricense, señor.
El futuro de su administración es el futuro de toda una nación, señor Presidente, por eso deseo sugerirle muy respetuosamente que se acerque a las personas que realmente tienen experiencia en la gestión pública, sepa escuchar y valorar, y actúe con rapidez en sus decisiones, pues ya nos estamos quedando sin tiempo. Muchas gracias.
*Antropólogo social y politólogo
