Vivimos en una sociedad en donde por culpa de una red social te despedazan en un minuto o al mismo tiempo puedes ser el más famoso del país.
Pero también estamos cargados de etiquetas y damos por sentado que si usted es de un determinado lugar, carga con todo lo malo de ese sitio. Pero ni qué decir con el rechazo hacia algunos extranjeros.
En esta historia todo eso queda atrás. Hablamos del joven Allan Centeno Bojorge, nicaragüense nacido en Matagalpa hace 17 años, quien estudia en Colegio Técnico de Calle Blancos y desea graduarse de ingeniero civil para hacerle una casita a su madre Usbalda Bojorge Hernández.
A Allan lo encontramos en un taller de la Fundación Monge, en el cual hablaban de la autoestima y que desde jóvenes es necesario que tengamos proyectos definidos.
No se le nota el acento nica pues nos cuenta que si acaso estuvo dos años allá y lo demás en Tiquicia. Este vecino de La Carpio nos indicó que pese a las necesidades económicas, pues su madre es jefa de hogar y debe velar también por sus dos hermanos, Margin Dalila (de 16 años) y Alex Daniel (de 8 años) no descansará en su meta de ser un hombre de bien.
Ellos me han ayudado un montón, tanto en la parte económica, como en la parte mental. Es que si quieres llegar a tener éxito hay que estar bien mentalmente. Hay que tener una buena autoestima, que es importantísimo para saber desarrollarme. Ahora sé lo que quiero ser en el futuro”.
SU MAMITA ES LA GUÍA
Cuando habla de doña Usbalda su cara se ilumina, hasta respira profundo para sacar bastante aire que le alcance a narrar las bondades de esa mujer. “Mi mamá siempre me ha dicho 'tenga su metas claras y sea una persona emprendedora. Vea que yo no he tenido las oportunidades como usted pero haré todo el esfuerzo para que usted las tenga'. Esa ha sido mi motivación para ahora que estoy estudiando. Quiero seguir porque me gusta. Empecé con ingeniería automotriz, me encantaban los autos pero la ingeniería civil la descubrí gracias a mi tío. Además me encantan los números, como sacar áreas. Una de las cosas por las que llevo esa carrera es porque uno de mis sueños es poder construirle a mi mamá una casa. Es lo que quiero y esa es una gran motivación”, recordó.
UN ALLAN NUEVO
Pero entre el Allan de hace unos dos años y el de hoy hay mucha diferencia y el mismo joven lo reconoce. “Antes uno era una persona que lo que planeaba en la vida era llegar nada más a tener un trabajito y algo sencillito. Ahora lo que veo es que el mundo es duro si no estudias. Me ha cambiado la mentalidad, cada vez que vengo a un taller me abre nuevas ideas y me digo a mi mismo tenés que esforzarte más si el mundo es tan duro. También he llevado cursos de inglés. He tenido un gran cambio”.
Esa nueva mentalidad lo hace inspirarse y hasta aconsejar a sus hermanos “porque yo sé que tienen un gran futuro”. Volviendo a su madre la describió como emprendedora, una señora que no se deja abatir por ningún problema.
“Ella no terminó el colegio pero es muy madura. Me ha ayudado mucho. No sé cómo hace con el trabajo y la casa pues es la única que vive con nosotros. Le gusta que seamos puntuales y es alegre. Lo que más admiro de ella es ese esfuerzo que le pone a todo. Para mí sería bonito poder recompensarle eso con una casita, que cuando tenga mi trabajo se la construya. Sé que no va a ser pronto pero haré el esfuerzo”.
Esa casa ya da vueltas en su cabeza. Ese hogar que construirá con una mezcla de esfuerzo, valentía y mucho sudor de su frente la quiere “no tan lujosa pero cómoda y sencilla, que sea confortable.
Lo mejor es que va a ser para ella, para mi madrecita”, contó sonriendo Allan, el nicaragüense de La Carpio que sueña en grande.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
CRÉDITOS: Fotos: José Venegas
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Miércoles 05 Agosto, 2015
HORA: 12:00 AM
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