La mano negra llegó al Departamento Administrativo de la cárcel La Reforma, donde estaba una caja fuerte con dinero en efectivo y joyas que misteriosamente desaparecieron y pertenecen a algunos privados de libertad y sus allegados.
Fuentes confidenciales aseguran a DIARIO EXTRA que el monto de lo sustraído ronda los ¢8 millones, que tenían en custodia tres funcionarios que fueron reubicados mientras se sigue la investigación.
Al parecer uno de los encargados de cuidar el dinero se percata del faltante y lo comunica a su compañero que llegaba hacer un arqueo, este se va inmediatamente a interponer la denuncia antes las autoridades judiciales.
Pese al conocimiento que tiene el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), a la fecha no ha llegado nadie a recolectar información y demás evidencia sobre lo ocurrido.
Las huellas y demás pistas que pudo dejar la mano negra prácticamente no existen porque la gente siguió entrando y saliendo del recinto, lo que complicaría el avance de las pesquisas.
Trascendió que en ese departamento trabajan al menos 4 reclusos, uno de ellos labora en la parte administrativa, donde al parecer tiene su propio escritorio. Incluso al parecer contrataron dos personas más ajenas a la población penitenciaria para que iniciaran labores en libros contables, a pesar de que no hay dinero.
Reinaldo Villalobos, director de Adaptación Social, confirmó el hecho, aseguró que se investiga y llegarán hasta las últimas consecuencias. “Se está investigando por la pérdida de dinero y joyas de los privados, se interpuso una denuncia ante el OIJ, donde tres funcionarios están siendo objeto debido a que tenían responsabilidad de la custodia.
Existe una póliza que cubre lo sustraído, un funcionario fue reubicado y dos decidieron sacar vacaciones, estamos averiguando el modus operandi”, detalló.
Agregó que lo informaron el pasado jueves y el reembolso será abordado por la administración, la gente responsable deberá hacerle frente. Un funcionario que está a punto de jubilarse y presuntamente tenía padecimiento psiquiátrico conocía del faltante hacía dos semanas y no comunicó asegurando al parecer tener miedo, por eso lo enviaron a vacaciones.
Ante esta situación algunos funcionarios se encuentran con temor por lo sucedido y preocupados porque se sigue laborando con normalidad.
Durante una visita a un reo las autoridades penitenciarias le decomisaron ¢300 mil que tenía en su celda producto de sus negocios. Este hombre habría manifestado que serán sus familiares quienes responderán por el dinero que tenía en la caja fuerte y fue robado.
Hasta el momento no hay dinero, pese a la póliza que supuestamente existe para dárselo a los allegados del recluso, lo que podría generar un malestar en la población carcelaria, que según afirma deben darle lo que le pertenece.