“Playo”, “maricón”, “gordo”, con esos calificativos se refería constantemente el director del departamento de Análisis Presupuestario de la Asamblea Legislativa, José Ovidio Valerio, a sus subalternos.
Tal como informó DIARIO EXTRA, Valerio estaba suspendido desde enero de este año como medida cautelar por una acusación de acoso laboral.
El Directorio legislativo resolvió el 29 de junio dejar en firme la suspensión por ocho días sin goce salarial y trasladarlo adonde no tenga a cargo personal, pues acogió la recomendación del Órgano Instructor del Procedimiento, que analizó el caso bajo el expediente COM-AL-02-2015.
En la conclusión del Órgano, de la cual El Periódico de Más Venta en Costa Rica tiene copia, se confirma que era abusivo y sometió a los funcionarios en un estado de desgaste psicológico, con frases despectivas, comentarios hostiles y humillantes como los mencionados.
En el documento, el Órgano refiere que los testigos narran que los comentarios empezaron como bromas, para luego convertirse en “una situación tan reiterada e insistente, que se volvía ofensiva y humillante”.
Se comprobó que Valerio buscaba aislarlos del resto de funcionarios de la Asamblea Legislativa y la situación empeoraba cuando se acercaba la discusión del proyecto del presupuesto de la República.
“Es un asunto de temor, de terror, de que aquí no se puede hacer nada sin permiso de él, nada, nada, nada. Ahí hay que comprar el café de la marca que él decía, comprar lo que él decía, todo lo que él decía, la hora del café era a la hora que él decía”, explicó uno de los testigos.
Valerio violó el Protocolo de Atención de Acoso Laboral de la Asamblea Legislativa y del Código de Trabajo, será reubicado en el departamento de Servicios Técnicos por dos años y deberá someterse a un abordaje psicoterapéutico.
Pero su caso podría reactivarse, las investigaciones encontraron “hallazgos que sugieren la existencia de un presunto hostigamiento sexual”.
Advierten que como la denuncia fue presentada sólo por acoso laboral y dos de las supuestas víctimas serían exfuncionarias, la única forma de indagarlo es que una de las subalternas que se mantiene trabajando presente la denuncia formal.
“Lo anterior no deja de encender alarmas no solo por tratarse de un hecho a todas luces deplorable, sino porque sugiere la aparente inacción de una administración en un tema de características tan delicadas”, señala el Órgano, dejando en evidencia que las víctimas habrían puesto en evidencia ante jerarquías el hostigamiento.
