Ley de Tránsito y cumplimiento por autoridades
La ley a su alcance
CONSULTA: Si bien es cierto que en las zonas marcadas con línea amarilla NO se permite estacionar, me imagino que solo en casos de emergencia y con las alertas debidamente activadas. ¿Por qué motivo, los inspectores de tránsito a la hora y lugar que se les antoje, se estacionan en estas zonas, inclusive a veces con las llantas subidas en las aceras, y nadie le sanciona su comportamiento? ¿No es que según la Constitución Política todos somos iguales ante la ley?
RESPUESTA: Cuando de leyes se habla, todos defendemos “nuestros derechos”, pero tanto la Constitución Política, máxima jerarquía de las leyes del país, no solo otorga derechos, sino también la otra parte, que es la obligación y los deberes. El artículo 33 de la Carta Magna establece la igualdad de todos frente a la ley, pero no solo en cuanto a sus beneficios, sino que somos igualmente iguales en cuanto a cumplir con los deberes que ellas nos imponen.
Con ese punto de partida tan claro, agrego un elemento formal y que se olvida con frecuencia: los funcionarios públicos, incluyendo al personal policial, de tránsito, ministros, maestros y oficinista de toda categoría de la Administración Pública, juran cumplir con las leyes.
Aunque todos cumplimos en rol en sociedad, somos iguales en cuanto al cumplimiento de la ley, pues ni siquiera los jueces, aplicadores del derecho, quedan por fuera. Las excepciones son tan pocas, que solo cabe mencionarlas: no tienen responsabilidad penal ni civil los menores de edad, los incapaces, y tampoco los diputados o miembros de Supremos Poderes, por razón de cargo.
Con las anteriores aclaraciones o conceptos, debemos aceptar que los primeros que deben respetar todas las indicaciones referentes a las demarcaciones referidas en la Ley de Tránsito, son sus agentes, no solo por sus cargos que juraron respetar, sino por el ejemplo cívico hacia el ciudadano. Las excepciones, la violación consiente a la Ley de Tránsito por un agente público, solo se justificará por una acción de cumplimiento de su deber. Aunque el asunto no merece mayor comentario, porque la ley es pareja, sí es cierto que algunos uniformados se creen superiores a la ley, y aparcan sin necesidad real en zonas prohibidas, y aún en las aceras, pero no aparece el agente de tránsito que le ponga el cascabel al gato.
