Cada segundo se convirtió en una eternidad, al final de la mañana lo único que quedó fue un puñado de recuerdos de cada risa, broma y travesura del pequeño Alexander Mendoza, el niño de 11 años que partió al cielo tratando de salvar a su hermana, de 9 años, de las manos de un vecino que abusó de ella.
Ayer en el cementerio de Popoyuapa, en San José de Upala, se realizó el funeral del menor, cuyo cuerpo fue enterrado en un pequeño nicho, rodeado de miradas bañadas en lágrimas y una serie de carteles de sus compañeritos de escuela que lo despidieron con la frase: “Sos un héroe, te vemos en el cielo”.
Los vecinos y sus arreglos florales fueron el complemento de una despedida triste, que invadió los corazones de los presentes, pues esta vez más de 50 niños no estaban riendo ni tenían los ojos llenos de ilusión, todo lo contrario, sus miradas reflejaban preocupación y angustia porque uno de sus amigos ya no está con ellos.
“Es un hecho catastrófico, simplemente nuestros corazones no podrán ser los mismos de nuevo. Alex era un niño con un enorme corazón, alegre y fundamentalmente humilde. De verdad que nos sentimos destruidos por todo lo que ha pasado en esta semana.
Aún recuerdo haberlo visto en el camino, no quisimos cantar el Himno nacional antes de clases porque él y su hermanita aún no habían llegado a la escuela, y vean en qué paró todo”, relató con ojos llorosos Carmen Solano, maestra del ahora fallecido.
HERMANO MAYOR
LO DEJÓ DESCANSAR
Luis, el hermano mayor de Alexander, sostuvo en todo momento la fotografía con que recordarán al niño héroe. Sus ojos estaban perdidos, pero él prefirió quedarse en la capilla para evitar que su madre pasara sola por el complicado momento.
Las calles se vistieron de blanco debido a la presencia de muchos chiquitos que salieron de otras escuelas para ver la carroza donde viajaba el cuerpo de Mendoza.
Globos y rosas decoraron la comunidad, trataron de disimular el llanto que escucharon todos cuando el ataúd entró al cementerio. Se trataba de Maribel Espinoza, madre del angelito, su conmoción hizo que todos los ahí presentes se estremecieran.
Justo a las 10:30 a.m., después de enterrar los restos, se hizo presente la lluvia en esa zona upaleña. Muchos abandonaron el panteón, únicamente familiares de la víctima decidieron quedarse.
“Es algo impresionante el dolor que puede sentir uno, aun siendo apenas un allegado, ahora solo queda esperar que las autoridades actúen y dejen caer todo el peso de la ley sobre ese tipo porque estos niños no merecían que les hicieran eso”, detalló Marianela Rojas, allegada de la familia.
REENCUENTRO DOLOROSO
Cuando en el cementerio no quedaba mucha gente, Espinoza, con los ojos secos de tanto llorar, subió al carro de un familiar y escoltados por miembros del Patronato Nacional de la Infancia emprendieron el viaje a San José, donde en una fría habitación del Hospital Nacional de Niños se reencontraría con su pequeña Teresita, sobreviviente del aterrador suceso.
De acuerdo con informaciones confidenciales, la niña fue encontrada viva porque el sospechoso del crimen de su hermano creyó que también estaba muerta.
Cuando el desalmado se descuidó, la menor huyó para esconderse en una finca ganadera.
En horas de la noche del jueves el Juzgado Penal de Upala dictó 6 meses de prisión preventiva para el joven de 19 años y apellidos Umaña Morales, quien deberá enfrentar el proceso con una abogada llena de incertidumbre porque existen numerosas pruebas para inculparlo.
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CRÉDITOS: Fotos: David Barrantes, Róger Soto y Eddis Gómez, corresponsal
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Sábado 23 Mayo, 2015
HORA: 12:00 AM
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