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Sucesos

“Un mismo cepillo de dientes para todos”

Abuela de 102 años cuenta lo que vivió en hospicio

  • Abuela de 102 años asegura que les lavaban los dientes a todos con el mismo cepillo

  • Ella suplicaba que la sacaran del hospicio

Carmen Porras Araya tiene hoy 102 años, pero hace dos vivió uno de los pasajes más difíciles y crueles en su vida, según consta en el expediente 12-000209-0723-VD presentado en el Juzgado de Violencia Doméstica de Desamparados el 10 febrero 2014 a las 2:30 p.m. en contra de una de sus hijas y una de sus nietas, en el que narra lo que vivió en el Hospicio de Ancianos Villa Amatista ubicado en Escazú.

 

De su declaración ante las autoridades judiciales no sólo hay una copia escrita sino también una conversación grabada, de las cuales DIARIO EXTRA tiene copia  y en  ellas esta abuelita de cabello blanco, ojos pequeños y mirada tierna, cuenta lo que ella asegura vivió durante un año en el albergue.  

 

“FUI ENGAÑADA”

 

Su pesadilla, según recordó, inició el 28 de diciembre del 2013 mientras estaba en casa de una de sus hijas en Hatillo donde se recuperaba de una caída.  

 

“Mi nieta me llevó engañada a un albergue, ubicado en Escazú, lo que me dijo fue: `Vamos para la casa, abuelita, le estamos arreglando su casa.` Yo iba feliz porque supuestamente iba para mi casa.” Según contó iba distraída, en un taxi en el que viajaba con su nieta mientras su hija lo hacía en su carro propio.

 

“Antes de que la llevaran al albergue la hija le dijo “bueno, usted no tiene casa, de la casa olvídese; es mucho gasto que usted da con las empleadas, ya la empresa no aguanta más los gastos con usted”.

 

Su sorpresa llegó minutos más tarde “cuando llegamos al albergue, se abrió un portón grande. El taxi ingresó y me puse como loca; sentí que me estaban entregando  a un asilo de locos.” 

 

Ella se volvió en dirección a su nieta y le preguntó “¿cómo me lleva a ese lugar, si no es mi casa?” 

 

“Salieron varias enfermeras, tal vez unas seis, me bajaron del taxi, arrastrándome por el suelo y me metieron, a la fuerza, al albergue porque yo no quería caminar”.

 

Según la declaración que rindió ante el juez, ella recuerda que estuvo muy mal porque le dio estreñimiento y le dijo a una enfermera que si le iban a dar las gotas, pero asegura que la muchacha no le contestó.

 

“Al día siguiente de estar en el albergue, me tuvieron amarrada en una silla de ruedas, con unas cintas azules, negras y rojas”.

 

“Yo me encontraba muy aturdida y muy molesta porque yo no sabía en qué lugar estaba” .

 

AÑO NUEVO

 

Carmen Porras recuerda que la llevaron al hospicio de ancianos al atardecer, pero no tiene clara la fecha “era un día viernes, la Navidad estaba muy reciente, pues la pasé en casa de mi hija, lo que no recuerdo es dónde pasé el Año Nuevo”, fecha en la que ya llevaba 4 días de estar en el albergue.

 

Durante el primer mes, según comentó, nadie la visitó y eso la puso muy triste. “A la dueña de ese lugar, le pregunté por qué nadie me había llegado a visitar y ella me preguntó si yo tenía más hijos; le contesté que sí, supongo que la dueña conocía a mi hija y me respondió `Ah...la vida ahí es monótona a veces `.

 

La adulta mayor recuerda que de nueve de la mañana a doce “nos llevaban arrastrados de las sillas, a asolearnos a un jardín o parquecito del mismo albergue. Nos llevaban a todos, a ese lugar, aunque no quisiéramos”.

 

Las noches era una angustia, según narra esta adulta mayor. “Yo no dormía por el frío que sentía y por la vejiga. Duermo en el cuarto donde están los señores, un loquito dormía a mis pies, es loquito pero los amarran, no hay peligro de nada”.

 

SÓLO AVENA

 

Cuando salía el sol y era tiempo de levantarse, la rutina se apoderaba del albergue y se traducía en falta de ánimo, según la abuelita de 102 años.  “La vida en este lugar era rutinaria y la comida muy pobre. En la mañana nos daban un jarro de café y uno de avena, no nos daban pan” y ella como ella usa prótesis dental en la parte superior e inferior, pedía que le licuaran el almuerzo “pero no sabía qué me daban”.

 

Otras hermanas, que lo que buscaban era ayudar a Carmen para salir del albergue, llegaron un día a visitarla y tras verla angustiada, demacrada, desnutrida y triste, decidieron grabar la conversación y en ella la abuelita lo primero que dice con tono suplicante es “quiero salir de aquí” 

 

Para dónde quiere irse?

“Pues para la casa”

 

Esta ropa es suya?

“Las blusillas sí porque traía cinco, pero los pantalones no”

 

Cómo la bañan?

“Con manguera, en un cuartillo asqueroso, revueltas las señoras y los hombres. Ir al interior no lo dejan y la que lo limpian a uno son ellas y uno está ahí y empiezan `ya ya ? entonces yo le digo `bueno, diay no, mejor no, lleváme para adentro entonces”.

 

“Que hagan lo que quieren pero que me saquen de aquí, yo lo que les pido es que me saquen de aquí. Que me lleven a la casa y prueben a ver, si ya del todo no se puede pues que me lleven adonde les dé la gana, pero que me digan a mí, que me lleven a ver donde me voy a ir, para verlo”.

 

FALTA DE HIGIENE

 

Esta adulta mayor lúcida, de carácter fuerte y a quien no se le olvida nada, criticó la higiene en el lugar “aquí no se lava uno las manos en todo el día y le lavan los dientes a todos con el mismo cepillo y con una tacita de agua” permanece en silencio unos segundos y tras un respiro profundo termina, “yo ya no resisto”.

 

“Yo les dije, me quedo así como estoy, pero no me condicionen nada, por qué no dijeron nada antes de meterme aquí y ahora por qué me van a condicionar, para dejarme aquí?; no y no ”.

 

Como parte de las quejas de esta adulta mayor es que, “desde las 12 mediodía y hasta las 7 de la noche  estoy sentada aquí, en esta silla o banca que no está ni acolchado y cuando llega la noche ya no aguanto”. 

 

Por medio de la resolución de un juez, dos hermanas y su madre, quienes no son las mismas que ingresaron a Carmen Porras al hospicio, lograron sacar a su abuelita y le han dado todo el apoyo necesario, al punto que ya sonríe, camina y hasta come normalmente.

 

Tras un año de lucha, esta familia brinda su apoyo a adultos mayores y usted los puede localizar si tienen denuncias o requiere colaboración por medio de la página www.miabogadacr.com

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Viernes 22 Mayo, 2015

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