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Opinión

¿El corazón de los ticos se estará haciendo de piedra?

Editorial

Sin lugar a dudas los acontecimientos ocurridos en los últimos días, cuando se dio a conocer el posible abuso y el maltrato al que estaba sometido un grupo de adultos mayores y la desaparición, muerte y agresión de unos hermanitos en Upala -precisamente en Tiquicia, donde se supone que se respira amor y paz-, dejan a más de uno con la peluca parada. 

 

Y por supuesto con un muy mal sabor de boca, pues al parecer el país más feliz del mundo tiene unos puntos negros que son imposibles de no ver, lo peor de todo es cuando las autoridades, los diferentes ministerios y organismos intentan hacerse de la vista gorda y minimizar el problema.

 

También hace que muchos nos preguntemos si el corazón de los ticos se está haciendo de piedra, ya que es muy difícil entender que existan personas que se ensañen con dos de las poblaciones más vulnerables, no solo de Costa Rica sino del mundo. 

 

Resulta irracional pensar en maltratar a los niños y los adultos mayores que en muchos hogares son los motores de la alegría y de orgullo.

 

Tan solo basta estar en un lugar donde se encuentra alguno de ellos para cambiar nuestros días, debido a que con sus ocurrencias y sonrisas pueden hacer que una mañana, tarde o noche que parecía negra se llene de colores. 

 

Todos estos cuestionamientos que muchos se hacen se dan en especial cuando bastantes parejas sufren por no poder tener hijos, ahí nos cuestionamos porqué a quienes desean ser padres se les niega la posibilidad de manera natural y a algunos les envían retoños, a los que en casos no les prestan la atención necesaria.

 

Por eso todos debemos sentarnos a hacer un análisis de los sentimientos y pensamientos que estamos manejando a diario con el fin de ver si necesitamos ayuda para mejorar nuestra salud mental y buscar una solución antes de que sea demasiado tarde. 

 

Al analizar el desenlace de los acontecimientos en Upala este pudo ser el final de una muerte anunciada o de un problema que se venía presentando desde hace mucho tiempo y del cual nadie se dio cuenta o quienes lo vieron lo minimizaron. 

 

Ahorita el ‘tal vez’ y el ‘hubiera’ no restauran el corazón ni alejan el sufrimiento de esta familia, sin embargo si se trabajaba a tiempo, al sospechoso de cometer este crimen lo habrían sometido a un tratamiento y este lamentable hecho se podría evitar. 

 

En el caso del posible maltrato a los adultos mayores hay mucha tela que cortar, pues tanto las autoridades como los familiares dónde estaban para ver que algo andaba mal. 

 

Al parecer desde hace algún tiempo este centro había perdido el derecho a operar, entonces dónde está el seguimiento que le tuvo que dar la institución encargada, debieron verificar que los ciudadanos de oro fueran trasladados a otros asilos o con sus parientes. 

 

Y en el caso de los hijos, sobrinos, hermanos y demás personas que tenían un parentesco con estos abuelitos, cómo no se habían dado cuenta de que algo no estaba bien; los moretones, golpes y quebraduras eran muy evidentes como para no encender los focos de alerta. 

 

Es aquí cuando nos preguntamos si no los iban a ver seguido o si preferían hacerse los rusos para no tener que llevárselos a la casa, incluso algunos hasta llegaron a pensar que al estar pagando un lugar con precios tan elevados estaban recibiendo buena atención, sin analizar que la parte emotiva también es importante.

 

Todos debemos unirnos al dolor de estas familias y al de otras que han pasado por este tipo de situaciones sin que para este momento se haya resuelto nada, pidamos cuentas a las autoridades, pero sobre todo empecemos en nuestros hogares el cambio; no nos quedemos callados ante los miles de acontecimientos deplorables de los que nos damos cuenta pero nos hacemos de la vista gorda, ya sea por miedo a represalias o en casos porque como no nos afecta directamente, para qué meternos.

 

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Viernes 22 Mayo, 2015

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