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Opinión

CCSS pegada con chinches, ¿y los enfermos?

CONSULTA: Hace como dos años firmé un divorcio, junto con mi exesposa, con un notario público. Cuando firmamos la escritura, todos creímos que estábamos libres, y divorciados. Pero el notario nos advirtió que debería ser aprobado por un juez de Familia, lo que tardó como dos meses. El juzgado aprobó el divorcio por mutuo consentimiento. Hace poco me interesé, con una copia fui al juzgado, y todo estaba aprobado, pero me dijo el que me atendió que solo faltaba la ejecutoria, que eso era para el Registro Civil.

 

Las declaraciones de Sáenz dejan al descubierto una realidad a la que deben enfrentarse los asegurados. Largas filas para sacar una cita, programación de años para una operación o exámenes, malos tratos por parte de los empleados de la institución y una serie de actos de corrupción donde incluso se pone en juego su vida.

 

Lo sucedido en el Hospital Calderón Guardia con el tráfico de órganos y de sangre abre una interrogante, ¿en manos de quiénes están los asegurados? 

 

En dicho centro médico trabajan y trabajaron personas muy honestas, dedicadas en cuerpo y alma a ayudar a los enfermos, pero en los últimos años hemos visto que también hay mercaderes de la salud, gente que está, según denuncias en el Ministerio Público, lucrando con la necesidad de las personas.

 

La intervención del Calderón Guardia parece no haber dado frutos. Las listas de espera continúan y los asegurados deben armarse de una paciencia franciscana para ser atendidos. ¿Es la figura de la intervención la única forma de sacar a un hospital de los problemas que enfrenta?

 

Eduardo López, director de ese centro médico, indicó que el informe de la intervención señala deficiencias y debilidades que deben corregirse de forma inmediata.

 

Si vemos lo que está pasando en Cartago, la figura de la intervención no trajo una solución a la institución. El Max Peralta también pasó por el mismo proceso, pero esta semana un grupo de cartagineses decidió hacer una protesta por lo que consideran malos tratos.

 

Los pacientes de dicho hospital exigen mejores servicios y una atención pronta. ¿Cómo es posible que un grupo de asegurados tenga que salir a las calles a pedir una buena atención médica?

 

La propia presidenta ejecutiva de la Caja declaró a DIARIO EXTRA que no está en muy buenas condiciones y que se debe meterle a la actual infraestructura. Apuesta por un nuevo hospital, que por cierto se ve todavía muy lejano en el horizonte de la Vieja Metrópoli.

 

Incluso la gerente médica de la CCSS, María Eugenia Villalta, reconoce que a pesar de la intervención, las mejoras en la atención y el servicio no llegaron. Prometió una reunión con las autoridades de ese centro médico, sin embargo hasta que esto no suceda, ¿qué pasará con los asegurados que deben asistir al hospital?

 

Si a todo esto le agregamos lo sucedido en el Hospital México y las denuncias de la jefa de Cardiología y las posibles cientos de personas fallecidas esperando un cateterismo, el panorama no podría ser peor.

 

Las autoridades de la CCSS revelan que el déficit en infraestructura alcanza los $1.500 millones, alrededor de ¢757 mil millones.

 

Más hospitales, más instalaciones, será esa la solución a todos los problemas. Unos afirman que la demanda de espacios más grandes para poder caminar y ubicar los equipos médicos es parte de las mejoras, pero la CCSS también debe plantearse qué hacer con las denuncias de mal trato.

 

Quizás es en este punto donde radica el mayor problema. El trato al asegurado debe ser la prioridad. Mejorar la atención es más del 50% de la solución al problema. Una persona puede tener poco espacio para caminar, pero si es bien atendida su percepción del servicio será positiva.

 

¿Cuáles son los programas de capacitación para que los empleados de la Caja mejoren el trato a los usuarios? ¿Deberían invertir en eso? ¿Hay que humanizar la institución?

 

La Caja Costarricense de Seguro Social es un pilar de la democracia en Costa Rica. De su estabilidad y buen funcionamiento depende todo el sistema. Los asegurados esperan lo mejor de ella y de sus salarios se les rebaja mensualmente un porcentaje para financiar la atención universal.

 

Muchos nunca llegan a ocupar sus servicios, pero no les importa que les rebajen de sus salarios porque en el costarricense está claro que lo más importante es que su aporte ayude a otras personas.

 

A los jerarcas de la CCSS se les está pidiendo y exigiendo una solución pronta y efectiva. Mejorar los servicios y la atención no es un asunto de largo plazo sino urgente, un asunto que se debe resolver ya.

 

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Jueves 21 Mayo, 2015

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