Fabián Quesada es uno de los 19.944 estudiantes que por sus condiciones físicas deben recibir una educación que se adecue a sus capacidades. En la Escuela José María Castro Madriz lo atienden desde la etapa preescolar en el área de terapia de lenguaje.
Así lo mencionó, Yamileth Quintana, directora del centro educativo, a raíz de una publicación que se hizo el pasado miércoles 22 de abril, en la que se consignó que el menor debía ser atendido en el suelo para cambiarle los pañales, cuando lo correcto es que es en el aula integrada de la Escuela Naciones Unidas, en el barrio del mismo nombre.
Quintana detalló que efectivamente el estudiante Fabián Quesada asiste los jueves de cada semana de 7 a.m. a 7:40 a.m. a la Escuela José María Castro Madriz, ubicada en Barrio Córdoba, Zapote, donde ha privado el bienestar e interés superior de los niños y niñas, debido a que en la Escuela Naciones Unidas no se brinda el servicio de terapia de lenguaje.
VIEJO PROBLEMA
Ana Ligia Alfaro se comunicó con el Periódico de Más Venta en Costa Rica y aclaró que efectivamente su hijo estudia en la Escuela Naciones Unidas, donde asegura que ha luchado para que le tenga las condiciones que requieren estos estudiantes para su mejor aprovechamiento.
“Nosotros queremos que nuestro hijo sea independiente, que sea como los otros niños que los llevan a educación física y al comedor, pero nosotros tenemos que estar pidiendo permiso para entrar porque estamos viendo las anomalías que no lo sacan, apuntó la señora Alfaro refiriéndose a la Escuela Nacionales Unidas, donde el director debió ser reubicado por cuestionamientos realizados por los padres familias, quienes también apoyaron la lucha de los papás del estudiante de aula integrada.
El menor tiene parálisis cerebral, que según los dictámenes que tiene la madre, no controla completamente las funciones del sistema motor y presenta espasmos o rigidez en los músculos, movimientos involuntarios, y trastornos en su postura o movilidad del cuerpo. Por lo anterior, estos padres emprenden una lucha no sólo por su hijo, sino por todos los niños que requieren atención especial para su desarrollo que están matriculados en la Escuela Naciones Unidas.
“El supervisor regional nos atendió y esperamos que luego de la separación del director Martín Mora las cosas puedan cambiar para el bien de los niños de aula integrada”, manifestó Ana Ligia Alfaro, quien asegura que le prometió a su hijo desde que nació que velaría para que le respeten sus derechos.