“Cocorí”: el precio de negar la historia
Editorial
La obra de Joaquín Gutiérrez causa por segunda vez una discusión a nivel nacional por considerarse racista. Un intercambio de criterios que desvirtúan la razón de la historia, dejando por fuera el punto central: la fugacidad de la vida.
Además, ubica en el escenario una tesis que debemos discutir, la educación que estamos dando y la que hemos recibido. Intentar sacar “Cocorí” de la lista de libros del Ministerio de Educación Pública (MEP) nos traslada inmediatamente a la Edad Media, donde a falta de argumentos y la ausencia de un razonamiento lógico, nos apartamos de conocer los hechos.
Si decidimos dejar fuera este texto de la formación escolar, hemos de quitar otros que alguien considere racistas, despojándonos de una gran creación. Nuestra identidad ha resultado de un mestizaje cultural y genético, imposible de borrar de la idiosincrasia; sugerir el planteamiento (erróneo) de que la novela debe prohibirse por discriminatoria, es querer negar la historia y admitir la incapacidad para educar a nuestros pequeños en la emisión de juicios.
Es pertinente citar las declaraciones del Presidente de la República sobre este tema, Solís que además es profesor afirma:
“He sido siempre del criterio que toda obra debe ser enseñada y analizada en su contexto. Mal haríamos en empezar a prohibir obras que están llenas de prejuicios sin entender el contexto en el que fueron escritas. Como profesor enseñe ‘Mi Lucha’ (controversial novela autobiográfica escrita por Adolf Hitler), lo hice precisamente para que las barbaridades y las atrocidades que ahí se mencionaban no se repitieran, como afrodescendiente no me siento ofendido con ‘Cocorí’, siempre que sea explicado en el contexto”.
Si sacamos “Cocorí” de los textos que usamos para enseñar cómo se afecta a la población negra, el MEP deberá excluir “Única Mirando al Mar”, de Fernando Conteras, pues habla de una persona que debe vivir en un botadero, bajo el argumento que analizamos podría implicar a quienes presentan pobreza económica.
Suprimir “Mamita Yunai”, de Carlos Luis Fallas, por los argumentos planteados hacia una época y la presencia de capital extranjero en el país.
“Los Peor”, de Fernando Contreras, porque así seríamos discriminadores al entrar en el tema de la población con discapacidad.
En fin, ejemplos abundan, como criterios. Pero lo cierto es que la Sala Constitucional, respetables los magistrados han sido claros en dos votos sobre la obra literaria “Cocorí”.
Dicen los fallos lo siguiente: Sentencia 00509-1996: “Esta Sala no considera que exista algún elemento discriminatorio en el libro ‘Cocorí’. Más aún, se trata de un libro que -dentro del contexto histórico de la Costa Rica de aquellos días- trata de resaltar las virtudes de una raza que en esos tiempos estaba aún condenada por los resabios de la esclavitud, época llena de crueldades y que produjo muchos sufrimientos y vejaciones no sólo a la raza negra, sino también a la raza indígena y mestiza, entre otras. El personaje de Cocorí no tiene una sola cualidad negativa: es un niño generoso, despierto, valiente, que pasa una serie de aventuras movido por un motor romántico -que resulta ser una niña que simboliza un encanto, una primera ilusión-, aventuras en las cuales llega a ser un héroe, y que las vive sólo con un objeto: encontrar una razón por la cual las rosas que son ‘tan lindas y buenas’ tienen una vida tan efímera cuando existen muchos seres que no tienen estas cualidades y viven cientos de años”.
El desenlace de la novela es una enseñanza para cualquiera, un mensaje lleno de positivismo y no está escrito con el fin de discriminar a nadie; sino más bien, de unir pueblos y culturas que históricamente estuvieron desunidos, por razones que ahora están del todo superadas.
Nuevamente la tarea de los educadores y padres es guiar a las mentes jóvenes para que comprendan el entorno en que vive la sociedad y las circunstancias en la que convivimos con otros seres humanos, conocer la historia nos da posibilidad de cambiarla, de no repetirla, pero ignorarla e intentar borrarla es una aberración contra nosotros mismos y contra la identidad.
Pero para hilar más delgado, hay literatura extranjera que también podría herir susceptibilidades, parecer ofensiva, pero al fin todo se mira cual color tenga el cristal. Qué decimos del Marqués de Sade con un elevado contenido sexual, “La Divina Comedia” por blasfemia, escrita por el ilustre Dante Alighieri, que narra la experiencia del protagonista y su descenso al mero infierno.
“Cocorí” debe ser entendido como lo que es, una muestra de la historia que alguna vez vivimos, una obra que busca señalar sobre la corta que es nuestra existencia y la oportunidad que tenemos para descubrir nuevas experiencias, estaría mal desvirtuar el argumento; es peor si intentamos cercenar la cultura porque en eso reside la capacidad para entender a Costa Rica.
