La llegada del hijo de Luis Paulino Mora, expresidente de la Corte Suprema (quien lleva el mismo nombre de su difunto padre), trae a la memoria pública la salida de su antecesor Daniel Soley, luego de supuestas ofertas a la procuradora Ana Lorena Brenes. Mora se convierte así en el enlace entre Casa Presidencial y Cuesta Moras.
El nuevo viceministro reconoce que su nombre le ayudará a alcanzar acuerdos y su experiencia como asesor legislativo calza perfectamente con el interés del gobierno para que los proyectos prioritarios caminen en el Congreso, donde hay una lista de peticiones para que sean discutidas por los legisladores.
¿Las circunstancias en las que Soley salió del cargo lo hacen ser más precavido en sus funciones?
-El objetivo del viceministerio de Asuntos Políticos de la Presidencia es un mecanismo para extender puentes, lazos, acercar posiciones no solo con el Poder Legislativo, aunque es la función más relevante o la que más resalta a nivel mediático, sino con otros poderes del Estado; gremios e instituciones. La salida de Daniel Soley no cambia la función del viceministerio, que es el acercamiento institucional a los diversos sectores. Precavidos sí debemos ser, es una cuestión de naturaleza, uno debe cuidar lo que dice, para que no se tergiverse el mensaje que queremos dar.
¿Es efectiva su experiencia como asesor legislativo para el trabajo que le asigna este Gobierno?
-Yo me considero un hombre de Asamblea, trabajé varios años en servicios técnicos, es una institución de la que me siento muy afín. Velar por el cumplimiento de los procesos, no solo por la defensa de los proyectos, soy un convencido que esos están ahí por una razón que es la protección de los ciudadanos y de los eventuales afectados por las normas. A partir de ahora vamos a ser muy meticulosos con los procedimientos para los proyectos de ley, somos muy protectores de los derechos de los diputados, del principio democrático, de la transparencia, de la participación ciudadana, valores que adornan la función legislativa
Usted fue el ejecutor del proceso que paralizó la reforma fiscal del gobierno anterior...
-En aquellos momentos yo era asesor legislativo de don Luis Fishman, donde manda capitán no manda marinero, los objetivos de la oficina los ponía él; si el consideró importante impugnar ante la Sala Constitucional el paquete de impuestos, yo como subalterno hice lo que tenía que hacer, no lo hice con gusto propio.
¿Cuáles son las prioridades ante la lista de proyectos que aspira el ejecutivo?
-Las negociaciones siempre van a ser de acercamiento de posiciones, de mentalidad abierta, de escuchar las diversas críticas que se hacen a los proyectos, cosa que uno agradece porque le hace ver cuestiones que no se hubiera enterado de otra, buscando la agenda común de bienestar al país.
¿Qué estrategia usará en la Asamblea para conseguir el apoyo de la omnipresente oposición?
-Si yo sacó un billete de ¢5 mil todos vamos a estar de acuerdo en que lo queremos, la idea es convertir entre todos los proyectos en billetes ¢5.000, que todos estemos de acuerdo; ahí no hay una formula mágica que pueda decir, porque hay proyectos de negociaciones complicadas, de posiciones hechas; otras en que podemos negociar sin tener que ceder.
¿Cuánto pesa su nombre en el nuevo puesto, tiene privilegios?
-Es un peso bonito porque uno siempre se siente orgullosos del viejo, sé que mi nombre es prestado, no es privilegio sino responsabilidad del legado que él dejó, jamás pondré en entredicho su nombre. A mi papá no todo el mundo lo quería...
Melvin Jiménez ha sido criticado por la falta de comunicación con la prensa
-Yo voy a llevar una total apertura acompañado de mis asesores de prensa, voy a ir donde me digan en concordancia con los medios, yo me adaptaré a las disposiciones (de mis asesores). Yo no estoy encargado del manejo de la comunicación, pero manifiesto total apertura.
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Lunes 30 Marzo, 2015
HORA: 12:00 AM
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