Los ataques al gobierno y las quejas del Presidente

Adenauer decía que los periodistas son los hijos molestos de la democracia, partiendo de este concepto es entendible las complicadas relaciones que casi siempre se producen entre quienes ostentan el poder político y algunos poderosos medios de comunicación colectiva de este país que tienen el poder económico y que ambicionan también el poder político, donde el periodista pasa a ser un simplemente peón en esta partida de ajedrez, que comúnmente consiste en proteger sus grandes intereses económicos a través de sus medios de comunicación; desde luego, que en este grupo no está El Periódico de Más Venta en Costa Rica: DIARIO EXTRA.

La queja del señor Presidente, en contra de lo que él considera un ataque permanente y orquestado contra su gobierno es válida porque tiene derecho a decir lo que no le agrada, así como los medios tienen derecho a criticar lo que consideran negativo de la presente administración, eso es una democracia en su esencia. Quiero dejar claro que la libertad de información es absolutamente imprescindible para el manejo transparente de la cosa pública; cuando no hay libertad de información, hay un aumento sensible de la corrupción, por lo tanto es mejor tener una prensa molesta y a veces injusta que no tenerla, eso es innegable.

¿QUÉ HAY DETRÁS DE UN ATAQUE PERMANENTE A UN GOBIERNO?

El ataque cotidiano al gobierno no solo procede de los grandes medios de comunicación, sino también de sectores organizados como sindicatos, burócratas y otros grupos de presión. Los fines que persiguen son los mismos, en ambos subyacen enormes intereses económicos, los primeros defienden las importaciones de arroz, buscan cómo evadir los impuestos, hacen negocios brumosos con rotativas, etc. Los segundos siguen persiguiendo las prebendas y privilegios odiosos que esta sociedad no puede pagar. Es decir, este pueblo está jodido y a igual que Cristo, crucificado y mal acompañado en el Calvario.

El fin de un golpeteo permanente a este o a cualquier otro gobierno es debilitarlo, así estará más expuesto y dispuesto a conceder los caprichos a estas clases dominantes, ya sean empresariales o burocráticas.

El ataque a este gobierno por los grandes medios de comunicación no solo conlleva el propósito de ponerlo en la picota por las cosas que no ha hecho bien, sino que éste funciona como un ablandador de carnes, que les permite rumiarlo mejor y alimentarse de él sin mayores problemas.

Aunque el diputado y periodista Fabricio Alvarado diga que no hay una persecución religiosa, lamentablemente los hechos demuestran lo contrario, pues a don Melvin Jiménez se le ha montado una verdadera cacería, donde ha privado más su condición de obispo luterano, que su investidura de ministro.

Aquí, es evidente que se ha intentado dañar al gobierno, poniéndole en su contra a la Iglesia católica, que es la gran mayoría de esta sociedad. Esta es una lucha de poder donde se ha mezclado lo económico, lo político y lo religioso y las pruebas están ahí. Ante esta grisácea acuarela, la única salida que tiene el señor Presidente es hacer un buen gobierno, porque los hechos hablan más que las palabras.

ENTRE LA LIBERTAD DE PRENSA Y LA PREPOTENCIA

Lo que es una realidad de nuestra libertad de prensa es que la misma no es como debería de ser, la libertad de prensa es como los dueños de estos grandes medios la conciben y como los mandos técnicos la concretan en la pantalla o en el papel, esto no tendría nada de malo si esa verdad fuera aceptada tal como es. Pero ninguno de estos grandes medios reconoce esa realidad, todo lo contrario, ahí emerge la prepotencia de la alta nomenclatura, ellos no se equivocan, ante sus errores nunca ofrecen una disculpa, se sienten como dioses infalibles, aunque afecten derechos fundamentales de los ciudadanos.

Recuerdo, por ejemplo, la detención del expresidente Rodríguez y la criminal actitud del Ministerio Público, que desobedeció una orden de la jueza Isabel Porras, que advertía que mientras don Miguel Ángel fuera secretario general de la OEA no podía ser detenido, pero el OIJ lo detuvo, violentando todo nuestro sistema jurídico y atropellando todos los derechos del señor expresidente. Aquí pregunto, por dónde se pasaron estos grandes medios la libertad de prensa, la honestidad periodística, el derecho de un ciudadano a ser defendido ante semejante infamia.

También conozco a directores de esos medios, a los que les han tenido que enviar un abogado para que publicaran un derecho de respuesta. Pero, ¿qué hubiese pasado si esos mismos hechos tuviesen como protagonistas a un ministro o a un diputado?, sencillamente lo hubieran crucificado y habrían acusado a las autoridades de complacientes y corruptas por aceptar la conciliación. ¿Acaso no es este comportamiento una manera de ofensa de entender la libertad de prensa? Esto evidencia lo que dije al inicio, nuestra libertad de prensa no es como debería de ser. Finalmente, señor Presidente, le recuerdo una frase del diplomático español Diego de Saavedra, quien dijo: “Feliz es la república donde se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”. Usted tiene el derecho a defenderse y la prensa a criticar con objetividad, eso hace a esta república feliz.

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Lunes 30 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Luis Fernando Salazar R.*