Jueves 25, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

Política penitenciaria

Desde hace algunos días se viene hablando nuevamente en los distintos medios de comunicación colectiva del hacinamiento en nuestros los carcelarios. El tema es recurrente, las cifras que se citan andan en un 80% promedio, pero la realidad social nos puede arrojar un resultado más crudo y desafiante de un 100 %, 200 % o más.

 

¿Qué significa todo esto? Que Costa Rica es un país líder en el mundo, defensor de los derechos humanos, con una Secretaría Técnica a nivel internacional, con la Comisión Internacional de Derechos Humanos, con la Corte Internacional de Derechos Humanos y por qué no decirlo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos se aprobó aquí, en nuestro país, en 1969 por lo que se llamó el Pacto de San José, y en la práctica estamos demostrando ser un país que viola en forma directa y cruel los más elementales derechos de la persona humana.

 

Dicho tratado prohíbe, entre otras cosas, el hacinamiento en nuestros centros penitenciarios, sea nos obliga a un trato digno y respetuoso para los privados de libertad como también lo exige nuestra Constitución Política.

 

En San Sebastián, la Reforma y Cocorí, la mitad de los reos duermen en el piso, en los pasillos, en las cocinas, debajo de las camas y en los servicios sanitarios, y no hablemos de la alimentación que solo tienen dos al día-rancho- sin ninguna dieta balanceada y la carne no la conocen. 

 

En San José y Alajuela, por la cantidad de personas y visitantes de familiares durante los domingos, son escasos los minutos que le quedan a los reclusos para conversar con sus esposas e hijos. 

 

El hastío, el hacinamiento, las rencillas internas, el peligro, la angustia, la ansiedad y la desesperanza marcan diariamente a esta gente. 

 

En su totalidad son personas pobres, de zonas rurales, nicaragüenses e indígenas, víctimas de una justicia penalizada y un sistema sin equidad, ¿no son humanos acaso? Por ejemplo, en San Sebastián la mitad de los reclusos espera sentencia desde hace más de dos años, otra mitad tiene sentencias sin derecho a la segunda instancia que garantiza el artículo 8 de la Convención supracitada, no hay recursos, no hay escuelas, actualmente no hay centros de trabajo; entonces, ¿estamos realmente readaptando a nuestros reos? ¿Está cumpliendo la prisión su función resocializadora, ejemplarizante y correctiva? ¿Será el acto de simulación política más aberrante y deshumanizante el decirnos lo contrario? ¿Estamos produciendo un grupo de ciudadanos a quienes el Estado les negó sus derechos más elementales y mañana saldrán a las calles a delinquir con mayor fuerza? ¿Qué hacen los gobiernos? ¿Por qué este tema no es de interés electoral y administrativo? 

 

Aparte de lo relacionado, se aprueba la ley de Flagrancias y no hay espacio carcelario para los condenados, se suspenden procesos por lo mismo o se dejan en libertad, ¿qué hacer en el país de los derechos humanos?

 

A corto plazo, agilizar los recursos y las acciones que hace rato aprobó la Asamblea Legislativa para modernizar, reconstruir y poner a derecho los centros penitenciarios existentes, y por supuesto, urge construir nuevas cárceles a fin de bajar los índices de hacinamiento y violación permanente de los derechos humanos. 

 

Estimo que las municipalidades pueden coordinar con el Ministerio de Justicia para lo indicado y ampliar instalaciones en sus comunidades colaborando de esta manera con el déficit del espacio correccional que se manifiesta, día a día, como una necesidad creciente y desafiante. 

 

Por supuesto, a mediano plazo el problema se resuelve con más empleo, más educación, más oportunidades, a mayor educación menor delincuencia, a mayores oportunidades menores índices de criminalidad, a mayor justicia mayor libertad y menor hacinamiento, hagamos las cosas y hagámoslas bien. 

 

Todo tiene solución, si se quiere, de lo contrario muy pronto tendremos un segmento de la sociedad altamente reprimida, resentida y maleada que nos pasará una factura cara, muy cara, aún estamos a tiempo. 

 

Este puede ser un tema insignificante, pero abarca los aspectos más esenciales de la vida misma y la política, como lo son la justicia y la libertad.

 

* Consultor Int. C. Unesco

 

PERIODISTA: Lic. Efrén Arauz C*

EMAIL:

Lunes 30 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA