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Opinión

Espectro

La depresión extrema y sus consecuencias en la vida real

DIARIO EXTRA ha informado que una de las posibles causas por las cuales el copiloto de Germanwings, Andreas Lubizt, de 28 años, “dirigió deliberadamente la destrucción del A320”, causando la muerte de 149 personas, era una fuerte “depresión laboral”. ¿Y qué significa eso? ¿Cómo puede una enfermedad efectivamente tan común, como la depresión, afectar de tal forma a una persona a punto de llevarla a un acto tan insano como además de un suicidio, causar la muerte de tantas personas?

 

 “(…) Tal vez la depresión pueda ser descrita como el sufrimiento emocional que se impone sobre nosotros contra nuestra voluntad…la depresión no es apenas mucho sufrimiento pero sufrimiento demasiado…La depresión grave es un nacimiento y una muerte...” La anterior conclusión hace parte del libro “El demonio del Mediodía” (“A Noonday Demon”, en el título original), de Andrew Solomon. Es un relato directo y aterrador sobre la depresión, una enfermedad tan frecuente que afecta a millones de personas en el mundo.

 

Lo más increíble en el análisis de la tragedia es la discusión de ¿Cómo se podría haber evitado? ¿Nadie, en la empresa, una subsidiaria de la alemana Lufthansa, conocida por sus políticas estrictas en la contratación de personal, tuvo la sensibilidad para darse cuenta del estado anímico de Andreas?

 

Según el semanario Der Spiegel, en el 2009, Andreas Lubizt tuvo que tomar una pausa laboral porque fue diagnosticado con “síndrome de Burnout”. Según la definición clásica es un cuadro cuyo padecimiento “a grandes rasgos consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.” Pero, y siempre hay un pero, todavía en los parámetros internacionales de la definición de “enfermedades” hay confusión: el síndrome de Burnout también es llamado síndrome de desgaste profesional, síndrome de desgaste ocupacional, síndrome del trabajador desgastado, síndrome del trabajador consumido, síndrome de quemarse por el trabajo, síndrome de la cabeza quemada; en francés conocido como “surmenage” (estrés).

 

Más que tratar de encontrar una solución rápida de prevención futura a lo ocurrido, ya que en muchos de los accidentes aéreos las controversias se centraron en “causas técnicas”, “errores de los pilotos”, o en eventuales actos de terrorismo, medidas como garantizar la presencia permanente de dos miembros de la tripulación en la cabina de mando obviamente son ligeras y coyunturales.

 

La naturaleza del ser humano, sus dificultades en superar los problemas cotidianos manteniendo un balance emocional que no provoque consecuencias extremas, en un mundo cada vez más perturbado y perturbador, debe ser el centro de la búsqueda de soluciones a comportamientos como el sucedido con Andrea Lubizt. Como él, nuestro alrededor está lleno de tragedias en escuelas, colegios, países, iglesias o sectas, comunidades, estadios, familias (¡una lista infinita!) en donde la depresión y otros comportamientos humanos, en todas sus formas y matices, deben ser reconocidos y tratados eventualmente como una potente “epidemia”. ¡Es, sin duda, un mal actual que afecta a millones de personas!

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Lunes 30 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Lic. Antonio Alexandre García

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