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Opinión

La columna de Jaime Ordóñez

Fecundación in Vitro (FIV) como un acto de amor

Sólo dos países en el planeta no reconocen ni aceptan la fecundación asistida o Fecundación in Vitro (FIV): uno de ellos es Costa Rica. Ello significa que inclusive países tan religiosos como los del resto de América Latina o Italia (que tiene al propio Vaticano en medio de su capital), la aceptan sin ningún problema. El argumento de grupos fundamentalistas religiosos, pues, no es válido. Repito: prácticamente está aceptado en todo el resto del mundo, y en países con una población religiosa porcentual más alta que Costa Rica, como son El Salvador, México, Paraguay, y varios otros. La FIV permite un acto de amor y un derecho humano: procrear un ser que, de otra manera, no vendría al mundo. En lugar de matar a nadie (como equivocadamente se ha dicho) más bien permite que nazca un nuevo ser humano. ¿Hay algo más hermoso que eso?

 

Como consecuencia de esa negativa absurda, el país fue demandado el 29 de julio del 2011 ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos el caso N°. 12.361, Grettel Artavia Murillo y otros ("Fecundación in Vitro") respecto del Estado de Costa Rica, de conformidad con los artículos 51.1 de la Convención y 45 del Reglamento de la Comisión Interamericana. La señora Artavia representaba el sentir de muchos cientos o miles de mujeres de este país que quieren tener el mismo derecho de todo el resto de mujeres del planeta. La prohibición castiga, sobre todo, a mujeres de escasos recursos. Basta que una mujer posea US$ 5.000 dólares para que pueda viajar a Panamá o a Miami para hacerse la intervención. A quien se castiga es, pues, a las mujeres más pobres de nuestra sociedad.

 

La Corte Interamericana condenó a Costa Rica y le dio un plazo perentorio para crear una normativa que permita y regule la FIV. Esa obligación y ese plazo perentorio se ha incumplido varias veces. En la presente Asamblea Legislativa se está discutiendo un Proyecto de Ley para regular esa obligación y aquí nace el gran problema: algunos diputados están argumentando que se puede legislar aceptado la FIV pero únicamente para las mujeres en estad civil de matrimonio.

 

¿Y por qué sólo a las mujeres casadas? ¿Por qué discriminar a las solteras? ¿O a las viudas, aquellas que sufrieron la muerte de su cónyuge? O aquellas que por una convicción de vida de cualquier índole sienten la necesidad de la maternidad y no quieran estar en matrimonio. La estadística dice que el 52% de las familias de Costa Rica son criadas hoy día por una única cabeza de hogar, que es mujer. Y lo han hecho muy bien, a juzgar por los resultados! Muchos de los lectores de esta columna podrán dar testimonio de esos grandes y silenciosos actores heroicos.

 

El proyecto de ley que algunos diputados pretenden impulsar, excluyendo a las mujeres que no estén en matrimonio, no sólo es inconstitucional (desde mi punto de vista), sino violaría otros artículos de la propia Convención Americana de Derechos Humanos, la cual busca cumplir y subsanar. Es un derecho humano que no debería tener discriminaciones. ¿Por qué todo el resto del planeta lo entiende y no algunas mentes de este país, aún ancladas en oscurantismo y en el medioevo?

 

 

 

PERIODISTA: Jaime Ordóñez

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Lunes 30 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

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