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Opinión

Editorial

En lugar de dar pescado hay que enseñar a pescar

Por décadas el Estado costarricense ha sido muy paternalista y ha buscado dotar a los habitantes más desposeídos de casa, educación, salud y hasta de trabajo.

 

Es precisamente por este motivo que más de uno se ha aprovechado de su nobleza, pues creen que el Gobierno tiene la obligación de mantenerlos y darles todo a manos llenas; lo peor de todo es que en algunos casos pretenden que esto se dé sin siquiera mover un dedo.

 

Sin embargo, una de las situaciones más preocupantes ha sido que cuando se les da casa, pues viven debajo de un puente o en un precario, y terminan alquilando su hogar para volver en las mismas condiciones con tal de pedir otra más, sin pensar en todas aquellas personas y familias que esperan que se les haga el milagrito. 

 

Y todavía da más cólera pensar en aquellos que reciben dinero de algunas de las instituciones de bienestar social y no lo gastan pagando necesidades básicas, sino que compran celulares último modelo, se van de paseo, se montan en la carreta y no piensan en la comida que deben darles todos los días a sus hijos. 

 

Pero ahí los escucha uno llorando sobre la leche derramada y diciendo que lo que les facilitan no les alcanza para nada, sin saber que el Estado no tiene el deber de hacerlo o vaya a ver si algún otro país de Centroamérica es tan chineador como este. 

 

El problema es que hasta ahora se detectó que a los ticos no hay que darles el pescado servido sino que hay que enseñarles a ganarse las cosas, ya que bien dice el dicho que cuando algo nos cuesta más lo disfrutamos. 

 

Por eso se tomó la decisión de lanzar una estrategia para reducir la pobreza; eso sí, con la condición de que la gente trabaje y se gane lo que el Gobierno le proporciona. 

 

El asistencialismo ahora será cosa del pasado: a las familias les dotarán de herramientas para que puedan ir cumpliendo sus sueños y objetivos en la medida en la que trabajen y se esfuercen, ya que nada se regalará. 

 

Muchos en este país saben lo que es vivir una necesidad y no tener cómo solventarla, sin embargo por esto no se puede exigir que todo llegue a manos llenas sin siquiera mover un dedo; todos merecemos el apoyo, pero como quien dice “sin montarse”.

 

Hay personas que quieren pasar acostados en una cama, viendo tele, comiendo rico y rascándose la panza, chineaditos por el Papá Estado que los tiene malacostumbrados. 

 

Muchos debemos poner las barbas en remojo; tenemos que ser conscientes de que hay personas que necesitan más de estas ayudas que nosotros, por eso si no las necesitamos es imperativo dejar de recibirlas con el propósito de que estos dineros los reciben quienes más lo ameriten. 

 

Ojalá esta iniciativa no se quede solo en palabras y todo lo que el Gobierno ofrece se convierta en una realidad para que los ticos aprendan a ganarse sus cosas.

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Viernes 27 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

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