Por un error Francisco Flores, de 42 años, pasó 1 año y 4 meses en prisión, pues se le confundió con un hombre que tiene su mismo nombre y sentenciado por abusos sexuales contra una pequeña de 4 años.
La persona que las autoridades buscan tiene una diferencia esencial con el que detuvieron hace casi dos años: el que tiene orden de captura es un adulto mayor de 77 años.
Él ingresó a nuestro país el 4 de enero del 2004. Llegó como lo han hecho muchos otros, buscando una mejor calidad de vida.
Cuando entró al país lo hizo solo, sin familia ni amigos, pero conforme pasaron los días logró ubicar a unos conocidos que tienen mucho más tiempo de vivir en territorio costarricense.
Ellos le ofrecieron un lugar dónde permanecer, lo acogieron en su hogar, le abrieron las puertas de su vivienda con el fin de que se sintiera bienvenido y como en casa. Esta familia le inculcó a este adulto mayor su devoción y creencia en Dios, su dedicación a leer la Biblia y tomar un tiempo para dedicárselo al Creador.
El tiempo pasó y Flores se adaptó a la vida y costumbres costarricenses, se acostumbró a compartir el día a día con las personas que se convirtieron en su segunda familia, al punto que a su natal Nicaragua volvió en 13 ocasiones, según Migración, pero la última vez que entró a suelo tico fue el 2 de noviembre del 2009 y desde entonces no registra movimientos.
El día a día en esta casa marchaba como en muchas otras hasta que el comportamiento de la pequeña empezó a cambiar y las dudas comenzaron a generar desconfianza, al punto que un día Flores, el buscado por las autoridades, reconoció frente a su familia adoptiva que abusó sexualmente de la niña de 4 años.
Los allegados a la pequeña se sintieron desconcertados y hasta traicionados, pero como al parecer Francisco Flores (el buscado) supo apelar a su parte religiosa, la familia creyó en su arrepentimiento y lo perdonó.
Con esa señal de confianza siguió en su casa pero surgieron rumores de que supuestamente luego de varias semanas habría hecho lo mismo con otra menor de edad.
Por esos abusos enfrentó a la justicia y lo sentenciaron a 4 años de prisión, sentencia que no cumplió porque en su lugar otra persona entró el 23 setiembre del 2013 a San Sebastián e ingresó al módulo B de La Reforma el 24 de octubre.
Esta persona fue a la cárcel por tener el mismo nombre, a pesar de que en reiteradas ocasiones comentó que su segundo apellido no era el que decían. “Al que estuvo 17 meses en la cárcel por error le endosaron el segundo apellido, Cruz, algo que él siempre reclamó”, comentó Mariano Barrantes, director interino de Adaptación Social.
El verdadero Flores no irá a La Reforma sino al Centro de Adulto Mayor, ubicado en San Rafael de Alajuela.
La sentencia de este caso lo dictó el Tribunal Penal de Pavas en el 2009. Ahora de nuevo se gira una orden de captura en su contra.
