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Opinión

Escasa productividad legislativa

Página abierta

La Asamblea Legislativa aprobó, con serias reservas, el préstamo millonario con China para financiar la ampliación de la ruta 32. Con ese proyecto, llegamos a 46, el número de iniciativas aprobadas desde el 1º de mayo del 2014 al 25 de febrero del 2015. En total, nueves meses y 24 días de labor parlamentaria.


De ese total, 16 proyectos (34.78%) son de carácter local; autorizaciones a municipalidades para que donen terrenos de su propiedad, o desafectaciones de inmuebles con el mismo propósito. Únicamente 6 leyes (13.04%) son de verdadero impacto nacional, y las cito: aprobación de un empréstito para el desarrollo de la geotermia en Guanacaste, reforma a la Ley de Banca para el Desarrollo, aprobación de préstamo con el BID para financiar el Programa de Infraestructura de Transporte (PIT), Reforma Integral a la Ley de Expropiaciones, Carretera San José-San Ramón y la ruta 32 a Limón. Amén del Presupuesto General de la República para el año 2015 y uno extraordinario. El resto de los 46 aprobados son proyectos de distinta naturaleza, que no tienen mayor trascendencia.


Además del mandato constitucional de dictar y reformar leyes, la Asamblea debe realizar una labor de control político, que suele estar presente en todo el quehacer legislativo, pero específicamente se le destinan expresamente 30 minutos en la agenda del plenario y el miércoles ese tiempo se duplica.


Complementariamente, han ido cobrando cada vez mayor presencia los llamados “debates reglados”, que consisten en dedicar una o más sesiones del plenario a un tema específico, con tiempo asignado a las nueve fracciones, de conformidad con el número de sus miembros. Por supuesto, cuando esto ocurre, los asuntos que están en el orden del día se paralizan.


Para no retroceder mucho en el tiempo, voy a referirme a los “debates reglados” más recientes. A propósito del escándalo Viceministro de la Presidencia-Procuradora General de la República, la Asamblea paralizó por una semana los asuntos en trámite, para discutir del tema, pese a que una comisión permanente especial analizaba el caso. La renuncia del diputado Ronal Vargas del Frente Amplio también consumió una semana del plenario, al igual que el proyecto de la carretera San José-San Ramón y la ruta 32. Hablamos en total de cuatro semanas en que la Asamblea se enzarzó en estos debates, con parálisis de su agenda cotidiana, con resultados concretos de muy dudosa productividad.


Y no es que el debate por sí sea malo. Todo lo contrario. La Asamblea es para discutir, y para discutir a profundidad y con dureza, si es del caso. Pero nuestros debate no se caracterizan precisamente por su profundidad, además de que nunca concluyen en nada. La politiquería, la “sacada de clavos”, o la superficialidad le ganan el espacio a la reflexión, al debate formativo y fundamentado, con el agravante de que suelen ser ignorados por la prensa, salvo que se presente algún conato de bochinche.


Ha transcurrido casi un año desde el pasado proceso electoral en su segunda vuelta, y falta más de tres años para los próximos comicios, y el espíritu electorero deambula en el plenario legislativo, algunas veces con traje de revanchismo, otras con afanes obstrucionistas, de ahí el cuadro de escasez que exhibe el parlamento, tanto en generación de leyes como en el impulso de un control político efectivo y de calidad.


Obsoleto. Hay que anotar que un reglamento legislativo obsoleto estimula mucho el lento caminar de la Asamblea, donde sobran los portillos que permiten bloquear agendas, alargar debates y no tomar decisiones. El propio trámite de las reformas que muchos reclamamos está ahí congelado, porque un diputado de la respectiva comisión bloquea su votación.


Estamos ante el cuadro de un parlamento seriamente fraccionado, donde todas las bancadas son minoría, y para avanzar a menudo se requiere unanimidad, lo que es difícil de lograr entre 57 miembros de un cuerpo legislativo diverso y plural.


Por la sanidad de la propia Asamblea, por responsabilidad ante el país, es preciso fijar la atención en estos asuntos que no nos permiten cumplir con nuestro deber, y abrirle espacio a la votación de estos temas, fundamentales para garantizar el fluido avance de la agenda parlamentaria, y la resolución de temas superiores que el país demanda, y que en buena medida se encuentran ya como proyectos en el orden del día del parlamento, pero que no se mueven.

 

*Diputado PUSC.

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Martes 03 Marzo, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Humberto Vargas Corrales

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