La comunicación venía dañada, pero el último escándalo del caso Soley terminó de enterrarla. Si se tratara de compararla con una relación de pareja, el vínculo del Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo está en una de sus peores crisis al tener en un nivel nulo sus negociaciones.
¿Cómo revivirla? Los diputados urgen de un cupido, de un enlace que los reactive, pues las secuelas las empieza a registrar el estancamiento de proyectos legislativos.
DIARIO EXTRA consultó a jefes de fracción quién los llama de Casa Presidencial para negociar la agenda extraordinaria y la respuesta común fue: nadie.
“Desde que empezamos este año a trabajar no hemos tenido ningún contacto con Casa Presidencial ni ninguna reunión formal en la Asamblea Legislativa con nadie del PAC. La Presidencia de la República y el Ministerio de la Presidencia tienen que replantear totalmente la comunicación si realmente les interesa sacar proyectos prioritarios. Nadie nos ha buscado para plantear algún tema”, indicó el jefe de fracción del Frente Amplio, Gerardo Vargas.
El ex viceministro Daniel Soley empezó a levantar la comunicación entre los diputados y el gobierno, pues ya el ministro Melvin Jiménez era blanco de críticas por su poca presencia en el Congreso, pero la salida de Soley terminó de arruinarle el escenario.
“Creo que sí está muy dañada. Utilizando los mismos términos, la casa está muy embarrialada. Creo que el gobierno debería pensar con otra persona”, expresó el diputado Fabricio Alvarado.
Pero ¿quién puede ser? En los últimos días se ha hablado que los propios diputados del PAC podrían asumir la labor de interlocutores, pero ¿lo aceptarán los partidos?
“Le manifestamos al señor Presidente que nosotros aceptamos como interlocutor en la Asamblea Legislativa al señor Ministro de la Presidencia o el Presidente. Nuestra interlocución tiene que ser con el Ministro de la Presidencia, pero en este momento se ha desgastado su función”, enfatizó el jefe de fracción del PLN, Juan Luis Jiménez Succar. El diputado Mario Redondo indicó que el problema de comunicación es tal que hasta al presidente Luis Guillermo Solís le falta humildad, pues con él también es casi imposible conversar.
La subjefa de fracción del Movimiento Liberatorio, Carmen Quesada, coincidió en que por culpa de este escenario el Congreso está entrabado.
